Entrevista del día. Víctor Hugo Albán. Presidente del Colegio de Economistas de Pichincha.
Con las justas, la administración de Barack Obama logró que el Congreso aprobara un aumento del techo de endeudamiento. ¿El riesgo para la economía mundial persiste, pese al anuncio?
El asunto es que hay un problema gravísimo en la elaboración del Presupuesto y al presidente Barack Obama no le han hecho el camino fácil para que se amplíe el techo del endeudamiento. Hoy, así se haya aprobado el alza del techo, a EE.UU. le tocará ajustarse el cinturón y eso traerá repercusiones mundiales.
No es la primera vez que Estados Unidos se encuentra ante un problema así.
Efectivamente, no es la primera vez, pero nunca EE.UU. estuvo en una situación de la magnitud de ésta. ¡Son USD 14 000 billones de deuda! Es una cifra muy voluminosa como para dejar que su análisis pase desapercibido. Y por eso debe preocupar a todo el mundo los efectos que podrían desencadenarse y especialmente a las economías en desarrollo como la nuestra.
¿La crisis de la deuda en EE.UU. es una situación similar a la de algunos países europeos, como Portugal, Italia, España o Grecia.
A EE.UU. se le fue la mano. Este país se ha metido mucho en guerras en varios puntos del planeta. Ha tenido un excesivo dispendio en el gasto público. Eso tiene un efecto en el mediano y largo plazos. Y el problema, repito, no es solo de EE.UU., sino de toda la comunidad internacional. Los chinos, por ejemplo, deben estar muy preocupados por el destino de millones de dólares invertidos en Bonos del Tesoro de EE.UU. y que corrían el riesgo de perder su excelente calificación.
¿Qué efectos puede haber, incluso ahora después de la aprobación del Congreso estadounidense, en el mundo?
Todos los países recibirán de alguna manera el efecto correspondiente. La crisis del endeudamiento americano vendrá acompañado de una serie de problemas de tipo social. Habrá una disminución o un recorte de la ayuda internacional para los países pobres, eso es evidente. Por tanto, al ser EE.UU. un eje económico muy importante en la vida económica de muchos países latinoamericanos y europeos, los impactos sin duda que se sentirán.
¿En Ecuador también?
Alguien lo dijo ya, cuando a EE.UU. le da gripe, a Ecuador le da pulmonía. Por eso, mi recomendación es que hay que empezar a cuidar lo que tenemos, gastando menos. Es como cuando dejamos de percibir un salario, en lugar de ir todos los fines de semana a comer en sitios caros, decidimos comer en casa o algo más económico. Eso hay que hacer.
Pero el Gobierno ecuatoriano tiene comprometido un alto gasto público. Si no cumple con las inversiones previstas o con el pago a contratistas y burócratas su proyecto se debilitaría…
En efecto, es una situación sumamente delicada. Cierto es que ha bajado el índice de desempleo, pero ha crecido el sector público. Subió de 300 000 a 600 000 servidores públicos y con salarios ejecutivos que están por sobre los USD 2 000 ó 3 000.
Tomando las debidas distancias, ¿Ecuador podría experimentar una situación similar a la de EE.UU.?
Ecuador tiene un gasto en burocracia, muy diferente al de EE.UU., donde el gasto es en guerras y ayudas internacionales.
Entonces, ¿qué repercusiones ve para el Ecuador?
La ayuda y cooperación que recibimos, que ya de por sí ha bajado por las tensas relaciones diplomáticas, seguirá cayendo más. En materia comercial, bajarán las compras. Por ejemplo, EE.UU. puede decidir no comprar flores porque son prescindibles. O puede decir, les compramos banano pero a cambio de que nos compren algo, eso para equilibrar su balanza de pagos.
Pero la mayor cantidad de exportaciones a Estados Unidos es petróleo…
Sí, pero para ajustar el cinturón podrían comprar menos e influir en los precios. O hacer uso de sus enormes reservas petroleras.