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COP26: las claves de la cumbre climática en Glasgow

La COP26 acoge las negociaciones entre casi 200 países por mantener viva la aspiración que se marcaron en el Acuerdo de París. Foto: EFE

Del 31 de octubre al 12 de noviembre de 2021 cerca de 120 líderes mundiales se reúnen en Glasgow, Escocia para abordar lo que, según científicos y expertos de salud, es la mayor crisis del mundo: el cambio climático.

La cumbre del clima, conocida como COP26, acoge las negociaciones entre casi 200 países por mantener viva la aspiración que se marcaron en el Acuerdo de París (2015) de limitar el calentamiento global en 1,5 grados centígrados sobre los niveles preindustriales.

Como punto de partida existen dos consensos unánimes: el primero, que las cosas van mal para alcanzar el objetivo; el segundo, que aún se está a tiempo de enderezar el rumbo y además se sabe cómo hacerlo.

Según el Programa de la ONU para el Medio Ambiente, los actuales compromisos de los países por reducir emisiones llevarán a un calentamiento global de 2,7 grados al final de este siglo.

¿Y eso qué significa? Sencillamente, que el cambio climático tendrá consecuencias “catastróficas” sobre la humanidad y el planeta.

Ni siquiera hará faltar esperar hasta entonces para constatar que los fenómenos climatológicos extremos (incendios forestales colosales, sequías prolongadas, capas de hielo que se derriten, inundaciones, huracanes…) son ya “la nueva normalidad”, como reveló la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en un estremecedor informe presentado el día de apertura de la COP26.

La reunión mantenida el 1 de noviembre por los 120 gobernantes del mundo tuvo lugar después de una cumbre del G20 que, como mucho, arrojó resultados ambivalentes en materia de clima, ya que los líderes de los países más ricos del planeta no lograron ponerse de acuerdo sobre objetivos clave, como un plazo firme para el fin del uso de la energía a carbón.

Estos son los compromisos y posiciones de los grandes bloques del mundo de cara a la gran conferencia climática:

Europa

La Unión Europea ha asumido con gusto el papel de líder global en la lucha climática, con la vista puesta en una carrera energética por sostenibilidad y hacia la energía renovable en la que espera ganar competitividad internacional.

La UE se ha fijado la meta de reducir sus emisiones en un 55% en 2030 respecto a 1990, y alcanzar la neutralidad climática. Europa, que actualmente está diseñando la legislación para cumplir esos objetivos, apremia al resto de la comunidad internacional a que muestre más ambición climática y solidaridad financiera.

Aunque ya no forma parte de la UE, el Reino Unido, país anfitrión de la COP26, va por el mismo camino que el bloque comunitario y aspira a alcanzar las “emisiones cero” en 2050, con una senda de reducción del 68% para 2030 y del 76% para 2035, así como descarbonizar el sistema eléctrico para 2035.

Estados Unidos y Canadá

Tras la salida de Donald Trump de la Casa Blanca, el presidente Joe Biden devolvió a Estados Unidos al Acuerdo de París y ha hecho bandera de la lucha climática.

Biden quiere recortar las emisiones contaminantes hasta en un 53% en 2030, respecto a 2005, llegar a “cero emisiones” a mitad de siglo y anunció grandes inversiones para desarrollar sectores industriales sostenibles como la energía solar o el vehículo eléctrico.

“Le demostraremos al mundo que Estados Unidos no solo ha vuelto a las negociaciones, sino que esperamos liderar con el poder de nuestro ejemplo”, dijo el presidente durante su discurso de apertura.

Pero aunque Biden tuvo un tono ambicioso durante sus declaraciones, afirmando que su “administración está trabajando horas extras para demostrar que nuestro compromiso climático es de acción, no de palabras”, una sombra se cierne sobre su agenda climática al otro lado del océano en Washington.

Los legisladores demócratas han estado debatiendo sin llegar a un acuerdo hasta el momento sobre un paquete económico que incluye USD 555 000 millones en disposiciones sobre el cambio climático.

China y los otros ‘Brics’

Gran parte de la atención de la cumbre se centrará en China, primer emisor de CO2 del mundo desde 2006, cuyo presidente, Xi Jinping, no viajará a Glasgow, aunque sí está prevista su participación a través de una declaración por escrito.

Pekín ha elevado sus objetivos desde el Acuerdo de París y espera alcanzar la neutralidad de carbono en 2060, pese a que cuenta con marcar su pico de emisiones antes de 2030.

Recientemente China anunció que dejará de invertir en plantas de carbón en el extranjero, gesto que se ha interpretado como una señal por los mercados internacionales.

En cuanto al resto de grandes economías en desarrollo, los llamados BRICS, Brasil llegó a Glasgow sin su presidente, Jair Bolsonaro, y con el compromiso de acabar con la deforestación para 2030 y desprenderse del CO2 en 2050.

Rusia, cuarto emisor del mundo y gran productor de combustibles fósiles cuyo presidente, Vladimir Putin, no irá a Glasgow, ha anunciado que invertirá entre un 1,5% y un 2% de su PIB en reducir en un 80% sus emisiones de gases de efecto invernadero hasta 2050 en comparación con los niveles de 1990. Además, pretende alcanzar las cero emisiones en 2060.

El primer ministro de India, Narendra Modi, tercer emisor de dióxido de carbono, anunció el objetivo de emisiones cero neto, comprometiéndose a que su país sea carbono neutral para 2070.

Si bien es un anuncio importante, ya que India no le había puesto fecha al cero neto, 2070 es una década después de lo que se comprometió China y dos décadas después de lo que el mundo en conjunto necesita en términos de emisiones cero neto para lograr que las temperaturas no aumenten más de 1,5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales.

Sudáfrica, por su parte, ha revisado al alza sus objetivos para limitar sus emisiones de efecto invernadero a 510 millones de toneladas métricas en 2025 y a menos de 420 millones en 2030, frente a los 471,6 millones de toneladas registradas en 2019.

Potencias del Pacífico

En otras grandes economías desarrolladas también han proliferado acuerdos previos a la cumbre.

Japón, quinto emisor mundial de CO2, revisó drásticamente sus objetivos y se propone reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 46% para 2030, Corea del Sur aspira a la neutralidad climática en 2050 y Nueva Zelanda reducirá sus emisiones un 50% en 2030.

El primer ministro de Australia, Scott Morrison, no tenía previsto acudir a la cita climática, pero, ante la creciente presión, confirmó asistencia y fijó el año 2050 como horizonte para descarbonizar la economía de ese país que produce gas y carbón.

Países pobres

Los Países Menos Desarrollados, bloque que reúne a 46 Estados de África, Asia-Pacífico y el Caribe con más de 1 000 millones de personas, quieren que la COP26 aporte una respuesta “justa y ambiciosa”.

“Los países desarrollados no están cumpliendo su compromiso actual de entregar 100 000 millones de dólares por año para 2020”, recuerda ese grupo de Estados, que subraya que sus habitantes son los que “sufren de manera desproporcionada los impactos cada vez mayores del cambio climático a pesar de que son los que menos contribuyen al calentamiento global”.

Piden a los miembros del G20 que mejoren sus planes de reducción de emisiones “de acuerdo con sus responsabilidades y capacidades” para descarbonizar la economía en 2050.

Solicitan además que se establezca “un nuevo y ambicioso objetivo financiero cuantificado que entrará en vigor antes de 2025, basado en la ciencia e impulsado por las necesidades y prioridades de los países en desarrollo (…) que tenga elementos que cubran mitigación, adaptación y pérdidas y daños”.

América Latina

El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, ofreció el 1 de noviembre en la COP26 la creación de una nueva reserva marina de 60 000 kilómetros cuadrados en las Islas Galápagos a cambio del “mayor canje de deuda por conservación hecho en el mundo”.

“Esta decisión de Ecuador provocará que se realicen propuestas financieras de canje de deuda por conservación. Estimamos que será el monto más grande (…) que se haya realizado hasta el momento en el mundo”, dijo Lasso en rueda de prensa durante la conferencia de la ONU contra el cambio climático que se celebra en la ciudad escocesa de Glasgow.

La nueva reserva marina en Galápagos se sumaría a los más de 130 000 kilómetros cuadrados de sus aguas que son reserva marina protegida y donde el 95% de las especies registradas son únicas en el mundo.

En Argentina se han puesto en marcha proyectos privados como el anunciado por la compañía australiana Fortescue para la producción de hidrógeno verde a gran escala en el país, que incluirá la instalación de un nuevo parque eólico y la construcción de un puerto en la provincia de Río Negro, con inversiones de hasta 8 400 millones de dólares hasta 2028.

La cumbre del clima de la ONU COP26 se apuntó el martes 2 de noviembre un primer triunfo al anunciar un acuerdo entre 110 países, entre ellos Brasil, Colombia y Costa Rica, para detener la deforestación en 2030, lo que permitiría mejorar la efectividad de los bosques como sumideros de carbono en la lucha contra el cambio climático.

En un acto con la plana mayor de líderes internacionales en Glasgow, entre ellos el presidente estadounidense, Joe Biden, y el colombiano, Iván Duque, se celebró la firma por Estados que representan el 85% del boscaje global de una declaración donde se comprometen a detener y revertir la tala de árboles esta década, a cambio de financiación por 19 200 millones de dólares en fondos públicos y privados.

Combustibles fósiles

Una veintena de países e instituciones, entre los que se cuentan EE.UU., Costa Rica, Reino Unido, Portugal o el Banco Europeo de Inversiones, se comprometieron este jueves 4 de noviembre del 2021 a dejar de financiar combustibles fósiles en el extranjero para finales de 2022.

“Pondremos fin a más apoyo público directo para el sector internacional de energía de combustibles fósiles para fines de 2022, excepto en circunstancias limitadas y claramente definidas que sean consistentes con un límite de calentamiento de 1,5 C y los objetivos del Acuerdo de París”, señala la declaración.

El documento, que no cuenta con el apoyo de países como China, Japón, Rusia o Australia pero sí de Italia, Canadá, Albania, Portugal, Eslovenia o el Reino Unido, llama “a implementar compromisos similares en la COP27 y más allá”.

39 000 asistentes a la cumbre

Según la organización de la COP26, en el Centro Escocés de Eventos (SEC, por sus siglas en inglés) están congregados 21 238 miembros de delegaciones oficiales, 13 834 observadores y 3 823 periodistas.

Y en esas cuentas no entran los cientos de activistas que han viajado a Escocia para participar en manifestaciones, que la policía teme que en ocasiones puedan ser violentas.