La fiebre por garantizar la seguridad de suministro energético incrementando el uso de gas natural tras la invasión de Ucrania compromete “seriamente” poder lograr el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5C, según la plataforma científica Climate Action Tracker.
La crisis energética provocada por la guerra en Ucrania ha hecho que los gobiernos se apresuren a reforzar la seguridad energética, en muchos casos redoblando la apuesta por los combustibles fósiles y dejando de lado la acción climática, pese a que las renovables, la eficiencia y la electrificación son las opciones más baratas, rápidas y seguras.
En un informe, Climate Action Tracker advierte de que la capacidad de gas natural licuado (GNL) ya en construcción, unida a los planes de expandirla, podría hacer que para 2030 las emisiones superen en 1,9 gigatoneladas de CO2 equivalentes (GtCO2e) los niveles consistentes con las previsiones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) para ser cero emisiones netas en 2050. Algo que, señalan, pone en riesgo los objetivos ambientales.
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