El incremento del 3,6% en el Impuesto a los Consumos Especiales (ICE) para las bebidas alcohólicas, debido a la inflación, promoverá la informalidad en el comercio de este tipo de productos. Según los empresarios, este valor deberá ser trasladado al consumidor final y encarecerá aún más el costo en el mercado nacional.
Las tarifas de este tributo se ajustan cada año en función de la variación anual del Índice de Precios al Consumidor (IPC), de acuerdo a lo establecido en la Ley de Régimen Tributario Interno. Hasta noviembre del 2022, el IPC fue de 3,6% en el país.
De acuerdo a la última resolución del Servicio de Rentas Internas (SRI), el incremento en el caso de las bebidas alcohólicas es de USD 10,36 por litro de alcohol puro.
Los licores importados
Felipe Cordovez, presidente de la Asociación Ecuatoriana de Importadores de Licores, explica que este incremento afecta a la industria, sobre todo porque Ecuador tiene una “diferencia de impuestos relativamente importante frente a sus vecinos Colombia y Perú”.
Según él, el impacto que hubo en la subida de precios en enero del 2021 fue de más del 25%, por lo que el valor de los licores es mucho más alto, en comparación con otros países de la región.
Señala que la industria ha tenido que ajustarse a la “nueva realidad”. Por lo tanto, en ese entonces subió entre un 10% y 20% los precios en los productos a inicios del año pasado.
Añade que la mayor cantidad de licores que se vende en Ecuador tiene un rango de precios bajos, al ser un país con “una estructura económica muy fuerte”.
El incremento en los costos, dice, tuvo como consecuencia una pérdida en el volumen de ventas de la industria y una subida en la venta informal de licores.
La producción nacional
Jorge Talbot, gerente de Embotelladora Azuaya (marca Cristal), precisa que la industria analiza si este nuevo incremento en el ICE se trasladará nuevamente al precio del consumidor final.
Para él, la subida en la tarifa “es preocupante” sobre todo porque, pese a que ya hubo un incremento el 2021, “la recaudación no ha mejorado por parte del SRI”.
Datos de esa entidad indican que entre enero y julio del 2022 se recaudaron USD 482 millones por concepto de ICE, tomando en cuenta otros productos y servicios que también deben cancelar este tributo. Este monto representó una variación de 2,0% en relación con el mismo periodo del año 2021.
Ambos empresarios creen que esta medida contribuirá al incremento del comercio informal de bebidas alcohólicas. “Al existir un ICE de ese tamaño hay una fuerte motivación para hacer producción artesanal y no pagar el impuesto”, dice Cordovez.
Él considera que el traer al Ecuador alcohol de contrabando ya sea por la frontera o por medio de un dutty free es una de las razones principales para que la industria pierda volúmenes de venta.
Con ese criterio concuerda Talbot. Además, asegura que la diferencia entre precios entre un producto legal “es demasiado alta por la carga de impuestos frente a la ilegalidad”.
Agrega que hace falta un control más prolijo para evitar la venta y consumo de licor adulterado. Para él, no es suficiente enviar mensajes de texto para prevenir la ingesta de licor artesanal, sino que “se debe implementar un control más estricto en el mercado y hacer un decomiso de los productos informales”.
Al respecto, Cordovez precisa que se ha trabajado en conjunto con organismos como la Agencia de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) para promover el uso de diferentes herramientas y campañas para prevenir el consumo de bebidas alcohólicas informales.
Acercamiento con el Gobierno
Tanto Talbot como Cordovez mencionan que ya hubo un acercamiento previo con el Gobierno Nacional para comunicar sobre las consecuencias del incremento en estas tarifas. Sin embargo, aseguran que no existe voluntad política para frenar la subida del ICE.
Cordovez menciona que existen las herramientas legales para que sea el presidente Guillermo Lasso quien tome la decisión de reducir este rubro a ciertos productos, sin tener que pasar por una nueva reforma tributaria.
“Parecería que el Gobierno no se da cuenta de que con esto se afecta no solo a la industria, sino al mismo Estado que terminará recaudando menos impuestos”, explica el empresario.
Talbot añade que, aunque el incremento en este año es del 3%, si se toma en cuenta la subida que hubo en enero del 2022, “en menos de un año las bebidas alcohólicas cuestan alrededor de 20% más”.
La industria cervecera
Nelson Calle, vicepresidente de la Asociación de Cervecerías del Ecuador (Asocerv), menciona que en el caso de este sector, cada uno de los locales hará una evaluación interna para definir si se incrementan o no los precios de venta.
Recalca que ese producto, por los costos en su materia prima, ya es costoso para el mercado. Por lo tanto, la mayoría de locales no podrán trasladar el incremento del ICE al consumidor final, sino que deberán asumirlo los propietarios.
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