Cuando la minería ilegal se llevó consigo el verdor selvático en Yutzupino, también les arrebató a las comunidades la oportunidad de generar ingresos económicos gracias a sus atractivos turísticos. Hoy en día, Fernando (nombre protegido) solo espera que las promesas del Estado se cumplan y, como ha leído en las noticias, que el impacto ambiental pueda remediarse en un par de años.
Él era un joven que se dedicaba a realizar recorridos ecoturísticos en las comunidades de Puerto Napo que ahora cuentan con presencia militar para controlar el ingreso de mineros ilegales. Ahora espera que pronto puedan realizarse las caminatas por las selvas, los recorridos por las cuevas o los deportes de aventura en el río Jatunyacu.
Del 4 al 8 de abril del 2022, la Oficina Técnica de Napo de la Dirección Zonal 1 del Ministerio de Turismo tiene prevista una “revisión, validación y revalorización de manera inmediata las fichas de atractivos turísticos ubicadas en las zonas afectas de las comunidades de Yutzupino”, según ha informado a EL COMERCIO. Posteriormente, entre el 12 y 13 de abril, se realizará un recorrido por estas localidades.
Por el momento, los turistas no pueden acceder al mirador de la comunidad El Ceibo, uno de los principales atractivos y desde el cual se puede visualizar todo el desastre que ha dejado la minería. El Ministerio ha señalado que “por parte del Gabinete Ejecutivo Desconcentrado no se ha definido aún una fecha de ingreso de personal particular a la zona”.
Para Fernando, es urgente que el turismo se pueda reactivar en la zona, sobre todo dando seguridad a los visitantes que quieran ingresar al río. Hasta hace poco, este era uno de los principales atractivos para los amantes del rafting debido a las condiciones que ofrecía el afluente. “Pero con la minería ilegal, mucha gente teme que al entrar a estas aguas pueda contaminarse”, dice.