La tradición de elaborar la careta de papel se busca conservar en la ciudad de Atuntaqui (Imbabura).
Este elemento, junto al monigote gigante, el testamento en rima y las comparsas, abonaron para que la Fiesta Popular de Inocentes y Fin de Año de la urbe fuera incluida, desde el 2007, como Patrimonio Inmaterial del país.
La Corporación 31 de Diciembre, responsable de la organización, abrió la Escuela de la Careta que está dirigida a niños, jóvenes y adultos de la localidad.
Unos 40 niños empezaron con las primeras actividades el 4 de septiembre del 2021. Los chicos, de entre 4 y 12 años, reciben clases tres días a la semana y la idea es que aprendan a realizar máscaras. Los jóvenes y adultos además se instruirán sobre diseños de disfraces, elaboración rimas y pantomimas.
Alejandro Ruiz es uno de los integrantes de la Corporación más expertos en la confección de caretas. El artesano, de 80 años, está emocionado por la puesta en marcha de esta singular iniciativa que busca descubrir nuevos talentos para la celebración humorística.
Con sus hábiles manos ha dado forma a innumerables máscaras inspiradas en personajes del ámbito político del país. Una de sus favoritas es la de Álvaro Noboa, que la hizo cuando el empresario se postuló por primera vez a una candidatura presidencial, en 1998. Ruiz ahora colabora con actividades de esta escuela.
La formación está a cargo de seis estudiantes del Instituto Superior de Artes Plásticas Daniel Reyes, de San Antonio de Ibarra. Lenin Farinango señaló que compartirán con los chicos todos los pasos y detalles para lograr una clásica careta. Las primeras clases fueron de dibujo y cromática, luego vendrán las prácticas.
Según Diego Humberto López, presidente de la Corporación de 31 de Diciembre, lo que aspiran es que esta escuela sea permanente para fortalecer esta fiesta que tiene sus inicios en 1926.
Los pioneros de esta fiesta fueron los trabajadores de la Fábrica Imbabura, ya desaparecida, que se dedicaba a la producción de textiles. Los obreros empezaron a elaborar testamentos en rima en los que relataban acontecimientos y anécdotas de autoridades y habitantes de la urbe.
Ahora, para los preparativos de la festividad se cuenta con la colaboración de los 52 socios de la Corporación. López es oriundo de Colombia, pero desde hace 22 años está radicado en Atuntaqui. “Cuando conocí la Fiesta Popular de Inocentes y Fin de Año, una de las cosas que más me llamó la atención es la colaboración de la gente”.
En el 2020, el tema central de la programación fue la pandemia del covid-19. Todos los actos fueron virtuales. Para este 2021 aspiran que varios números puedan realizarse de forma presencial.