Rostros y manos que encierran historias

Una señora en la entrada de su casa, en Manabí. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

El rostro y las manos son nuestras principales señas de identidad. Cada pliegue, cada arruga o marca puede contar una historia de vida y las experiencias que hemos atravesado. El rostro y las manos también sirven para contar sin hablar.
Captar esos detalles en una fotografía es muy interesante y más aún en blanco y negro. Los altos contrastes que se producen aportan profundidad y dramatismo a las imágenes.
Este ensayo fotográfico es un homenaje a los adultos mayores, que nos han enseñado tanto y que hoy son los más vulnerables. Las imágenes fueron captadas en distintos momentos y espacios.