En la ex sede de la Unasur se guardarán más de 46 mil bienes patrimoniales del Ecuador

Recorrido del ministro de Cultura, Juan Fernando Velasco, por las instalaciones de la exsede de la Unasur. Foto: Diego Ortiz / EL COMERCIO

Recorrido del ministro de Cultura, Juan Fernando Velasco, por las instalaciones de la exsede de la Unasur. Foto: Diego Ortiz / EL COMERCIO

Recorrido del ministro de Cultura, Juan Fernando Velasco, por las instalaciones de la exsede de la Unasur. Foto: Diego Ortiz / EL COMERCIO

Los 40 000 bienes que son parte de la reserva arqueológica, los 3 500 que conforman la reserva de arte colonial y republicano y los 2 600 que son parte de la reserva de arte moderno y contemporáneo, que actualmente están en el edificio Aranjuez, en Quito, serán trasladados al edificio donde funcionaba la Unasur. Así lo confirmó a este Diario Juan Fernando Velasco, Ministro de Cultura y Patrimonio, en un recorrido que se realizó la mañana de este 15 de junio del 2020.

Velasco explicó que se eligió trasladar los bienes a la ex sede de la Unasur porque es un edificio que brinda todas las seguridades para la conservación de estas piezas patrimoniales. Se evaluaron 12 edificios en la capital cuyo monto de adecuación está entre los USD 76 500 y USD 8 000 000.

La adecuación de la exsede de la Unasur como bóveda de bienes patrimoniales es más económica y tomaría aproximadamente cinco meses.

Angélica Arias, subsecretaria de Memoria Social, añadió que se hizo un análisis de varios edificios y la conclusión fue que la Unasur tiene condiciones excepcionales. “A más de las seguridad física que ofrece, tiene un sistema de climatización en cada área y eso es muy importante para el cuidado de estos bienes”.

Velasco explicó que aún no existe una fecha para iniciar el traslado de estos bienes y que esto dependerá de que se concrete la firma del uso de este edificio por parte del Ministerio de Cultura y Patrimonio a través de Inmobiliar. El traslado de todos los bienes costaría USD 372 365, 28.

Por su parte, Arias explicó que el proceso contará con un equipo de observadores externos, entre ellos académicos. “El traslado se hará con todas las seguridades del caso. Se activarán todos los seguros y se hará una revisión del inventario”.

En relación a los fondos bibliográficos (que suman más de 220 mil) y a los fondos documentales y audiovisuales (que son cerca de un millón entre documentos antiguos, planos, fotografías en papel y acetato, discos, cintas de audio y audiovisuales), su destino será un edificio, que aún no está definido pero que, según Velasco, estará ubicado en el hipercentro de la ciudad. Una de las alternativas que se analiza es ocupar uno de los espacios de la nueva sede de la Biblioteca Nacional.

Ante la consulta de que si el Museo Nacional del Ecuador (MuNa) también sería trasladado a la Unasur, Velasco respondió que lo ideal es que las reservas y las colecciones estén junto al museo que las expone por seguridad y practicidad.

“Estamos evaluando ese traspaso del Museo Nacional. El comodato entre el Ministerio con la Casa de la Cultura se termina en mayo del 2021. La Unasur da mejores condiciones para un Museo Nacional. Al estar en una de las entradas a Quito, permite mayor accesibilidad para las personas del resto del país. Además, está junto a la Ciudad Mitad del Mundo, uno de los sitios más visitados de la ciudad (en 2019 recibió 551 730 turistas)”.

La alarma sobre la preservación de estos bienes patrimoniales se encendió en enero de este 2020 cuando se hizo público el informe escrito por el Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias sobre el estado estructural del edificio Aranjuez (Reina Victoria y Jorge Washington), una edificación que es propiedad del Ministerio de Cultura y Patrimonio.

Una de las conclusiones de este documento era que “Existe la probabilidad cierta de que ante la ocurrencia de un evento sísmico severo el edificio colapse, lo cual constituye un peligro inminente para la seguridad de los ocupantes del edificio, así como a la piezas de alto valor patrimonial”. El informe llegó al Ministerio de Cultura el 10 de diciembre del 2019 pero la alerta de la vulnerabilidad del edificio ya se conocía desde el 2012.

Suplementos digitales