Johnny Shapiro, Vanessa Ortiz y Martha Ontaneda en la obra ‘Louis’. Foto: Cortesía Choco Pacheco / Pop up
El sexo como un credo contemporáneo, lleno de pecados. Ese es el motivo de un ciclo de ocho obras de microteatro que el Pop Up Teatro presenta por el mes del amor en sus sedes de Urdesa y Samborondón, en el Guayaquil metropolitano.
Las piezas de teatro breve recogidas en la serie ‘La era del sexo 2’ indagan esta vez en ‘La decadencia del placer’ –el subtítulo del ciclo- y en la forma en que los personajes se relacionan con el sexo. A menudo asumen su sexualidad de forma compulsiva o problemática, llegando incluso a la locura en una de las obras.
El año pasado, en la primera entrega de ‘La era del sexo’, las piezas fluctuaban entre la comedia y el erotismo; funcionaban como ocho capítulos de una obra más grande, en el formato de teatro-novela que los actores guayaquileños Jorge Sandoval y Ricardo Velasteguí inauguraron en 2017. Los dos se reparten la dirección de las obras de este año junto al español Iñaki Moreno.
“Esta vez son una serie de unidades enlazadas por un tema. Se pone el foco en cómo los personajes buscan solucionar temas incómodos en torno a su sexualidad”, explicó Sandoval, quien además de dirigir, actúa en una de las obras. En ‘Ninfómano’, él encarna a Pablo, un hombre que sufre un problema de voracidad sexual y que decide hacerle caso a su esposa, Sofía (Alicia Macías), quien pone todas sus esperanzas en un aparato que controlará sus excesos.
La comedia vuelve a ser protagonista en sus diferentes registros en ‘La era del sexo 2’ –comedia dramática o romántica-, pero entre las obras también hay drama. ‘El abuso’, en el que actúan Ney Calderón y Virgilio Valero, trata el tema de la pedofilia.
Las piezas fueron escritas por los dramaturgos argentinos Agustina Gatto, Pablo Iglesias, Andrés Binetti, Alejandro Zingman y Guadalupe Estevarena. “Esta segunda edición queríamos hacerla más dura, abordar el sexo y las relaciones amorosas fuera de lo convencional, de una forma más cruda”, explica Velasteguí, fundador del Pop Up.
‘El casting’, en el que actúan Santiago Carpio y Michelle Prendes, cuenta hasta dónde podría ir una actriz por conseguir un papel. La actriz intenta interpretar a María Magdalena y el director le pide que se quite la ropa.
En ‘Louis’, un hombre de edad madura revela el secreto de su doble vida en su fiesta de cumpleaños para sorpresa de su esposa y de sus amigos. “Llega un momento de tu vida en el que tienes que sincerarte para ser feliz… La obra es un homenaje a la amistad también”, dice Johnny Shapiro, quien actúa en la pieza junto a Vanessa Ortiz, Martha Ontaneda y Guillermo Boschetti.
La intermediación tecnológica en el sexo atraviesa también a ciertas obras. En ‘Muñequita’, por ejemplo, con los actores María Belén Franco y David Castro, el placer tiene como filtro a la realidad virtual.
Belén Idrobo y Florencia Lauga protagonizan una historia de amor lésbico en clave de comedia romántica en ‘Labios’. Los personajes viven en Guayaquil y Buenos Aires y la distancia las aboca al “ciberamor”, con momentos “muy eróticos y tiernos” entre las videollamadas, con la rutina erosionando la relación a lo largo de un año.
“En ocasiones, para el espectador la obra es una comedia, pero los personajes están viviendo un drama”, explica Ricardo Velasteguí. “Como espectadores, nos reímos de las desgracias del otro, te sientes identificado y te ríes, te ríes de ti mismo también”, finaliza.