Una de las seguidoras que estaba conectada al ‘live’ de BTS preguntó ¿dónde está Jimin? Otro de los siete integrantes del grupo leyó (en inglés), y a los pocos segundos él se puso de pie, levantó la mano y saludó a la cámara.
Esa reacción causó furor entre el millón de personas, de los casi 40 millones de seguidores que tiene el grupo en 100 países, que se conectaron a esta última transmisión emitida por Twitter hace dos días. Ellos, sus fervientes fans, vivieron así de cerca una conexión más con un integrante del grupo que expone casi a diario videos y fotos en internet desde el 2011.
Si alguna de esas experiencias la hubiesen experimentado los fans de grupos como Mercurio hace 20 años, habría sido una locura. Así lo comentó, Patricia Enríquez, de 37 años. En su adolescencia, ella tenía pegado el clásico póster en su cuarto porque no había nada más significativo que una foto impresa del grupo del momento. Su música se podía escuchar únicamente en sus discos o en la radio. Y sus fotos solo estaban en las revistas y periódicos.
Después de Mercurio, Patricia conoció la música de Carlos Vives. Pero esta vez la tecnología la llevó no sólo a coleccionar camisetas, discos y fotos. Gracias a su trabajo como relacionista pública pudo conocer al cantautor colombiano en el 2009, cuando le ayudó a organizar una de sus presentaciones en Quito. A partir de ahí sellaron un fuerte lazo de amistad, tanto, que en el 2010 fue invitada por su esposa para festejarle el cumpleaños en Santa Martha.
Para Mauricio Cadena, su banda favorita también la consideraba lejana. Él ha seguido a la legendaria Soda Stereo desde los 9 años (hoy tiene 37). En los noventa, su afición lo impulsó a enviar una carta a la compañía discográfica en Argentina, para pedir insumos del grupo que finalmente le llegaron nueve meses después. “No todos teníamos computadora, peor Internet. Era una odisea conseguir material”.
Con los años él guardó banderas, cassetes e incluso la vitela marca Dunlop 0.96 mm que Gustavo Cerati arrojó al público tras interpretar ‘Verbo Carne’ en su gira ‘Bocanada’. “Luego de lanzarme al piso entre la multitud pude al fin tenerla”. Con el mismo cariño ha conservado fotos y autógrafos.
La imagen junto a su ídolo es el tesoro más preciado para una fanática, según Johana Batallas, una asidua seguidora de grupos que van desde los mismos Mercurio hasta los One Direction. Ella ha sumado a su álbum decenas de fotos que se ha tomado abrazada a grupos como CNCO. De hecho, creó su club de fans.
Gracias a esa experiencia ha ayudado a muchas seguidoras a tener un contacto más cercano con sus artistas. Ya ha aprendido, por ejemplo, que en redes como Twitter se arman los Stream Party (para transmisiones en vivo) en las que participan fans de otros países. “Ahora ya todo es digital. Antes teníamos que hacer filas para verlos ahora siempre están conectados”.
Las noticias de cuando las bandas logran posicionarse entre los favoritos de plataformas como Spotify se han difundido en los grupos creados por las mismas fans en las redes. Elisabeth León, de 24 años, fue una de las primeras en darle vida al ‘Army’ de BTS en Ecuador donde ha compartido este tipo de contenido. A pesar de tener 14 horas de diferencia con Corea del Sur, indicó, casi siempre tiene material para difundirlo con sus 3 800 seguidores de Instagram.
A través de estos grupos virtuales las fans de BTS y de otros cantantes de moda han podido acceder a membresías digitales, con las que se rifan discos autografiados o pases a conciertos. En esas redes también se han organizado festejos en línea cuando uno de los integrantes de una banda está de cumpleaños.
Asimismo, se han compartido cuentas de fans que –como en el último live de BTS- tradujeron casi todo lo que dicen los intérpretes en inglés o español. Para ese fin también se han habilitado cientos de páginas o la ‘Key Media’ como conocen los fans a los medios coreanos que traducen esta información.