Ocho siluetas pintadas con tiza blanca sobre la acera rememoraban a los fallecidos durante el enfrentamiento entre policías y supuestos asaltantes, el 19 de noviembre del 2003 en Guayaquil.
‘Caso Fybeca: 8 años de impunidad’, estaba escrito en un cartel negro, ubicado sobre la fachada de la sucursal de la farmacia de La Alborada, en el norte de la urbe.
Fotografías de Carlos Andrade y Guime Córdoba, fallecidos durante el intercambio de balas; también de Johnny Gómez y César Mata, desaparecidos desde ese día, fueron ubicadas entre las siluetas dibujadas con tiza.
Con la ayuda de un megáfono, los familiares de fallecidos y desaparecidos gritaban “No más impunidad”. Además solicitaban al Estado que reabra la investigación, como en el caso de los desaparecidos hermanos Restrepo.
El plantón comenzó a las 09:00 y culminó a las 12:00 de ayer. “Para nosotros esta farmacia se ha convertido en cómplice encubridora, nunca facilitó las grabaciones de ese día”, dijo Dolores Vélez, viuda de Andrade.
Durante la manifestación, su hija de ocho años se mantuvo a su lado. La mañana del tiroteo, su esposo acudió a la farmacia para comprar pañales para la niña, que en ese entonces tenía tres meses de haber nacido.
A las 10:20 se acercaron tres oficiales para intentar desalojar a los manifestantes; pero no lo consiguieron. “La Policía nos dice que este no es un lugar de protestas, sin embargo ¿fue lugar para que mataran a mi esposo?”, dijo Dolores Briones , viuda de Córdoba.
Su cónyuge trabajaba como mensajero de Fybeca. Con el fallecimiento, tuvo que educar sola a su hijo de dos años que ahora ya tiene 10. Ella no recibió indemnización alguna de la empresa.
También estaba Dolores Guerra viuda de Gómez. Su esposo desapareció el día del supuesto asalto. Ella, que está estudiando para convertirse en abogada, enfatizó que “si se trataba de delincuentes tenían derecho a la defensa, no debían matarlos”. Su hijo ahora tiene 12 años.
A unos pasos estaba Pilar Valenzuela, madre de César Mata, otro de los desaparecidos. “Ese día mi hijo cumplía 33 años. Dejó a sus hijas de año y medio”, dijo señalando a las gemelas de 9 años.
Actualmente el caso es estudiado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. El proceso internacional está en la etapa de revisión de requisitos de admisibilidad. En cambio, en Ecuador, el caso fue archivado por falta de pruebas y los 20 agentes involucrados fueron absueltos en septiembre del 2004.
‘Las Dolores’
Dolores Vélez: “Nosotras nunca vamos a dejar de venir a este lugar. Desde las ejecuciones de nuestros esposos, cada 19 de noviembre nos hacemos presentes para recordar estas muertes tan horrorosas que se dieron en esta farmacia”.
Dolores Briones: “El Estado ecuatoriano es el encargado de solucionar este problema porque la Policía pertenece al Estado. Esto es un atropello a los derechos humanos”.
Dolores Guerra: “Para nosotros esta sucursal de la Fybeca es como un cementerio clandestino. Quiero que asimismo como en el caso de los Restrepo, el Presidente (Rafael Correa) se solidarice con nosotros”.