Transexuales en el Día del Orgullo Gay. Se hace en Quito desde hace más de 10 años. Foto: Pavel Calahorrano/Archivo El COMERCIO
Ninguno de los dos finalistas, de Creo y Alianza País, salió bien parado en el ‘Homofómetro’. El medidor en forma de semáforo, que calificó las posturas de los presidenciables, en torno a las demandas de gais, lesbianas, bisexuales, trans e intersexo (Glbti).
Esa fue una iniciativa de Voto Informado Glbti, cuyos resultados fueron expuestos al final de la primera vuelta. Para el balotaje, los activistas reiteran sus planteamientos.
Exigen respuestas sobre cuatro puntos:
1. Si apoyarán una reforma o interpretación constitucional que permita el matrimonio civil igualitario.
2. La adopción de niños huérfanos o biológicos de un cónyuge, en relación monogámica con su pareja del mismo sexo.
3. Impulsar la reforma a la Ley de Datos y Registro Civil, para que se ubique el género universal en el documento de identidad, es decir que no sea opcional en lugar del sexo.
4. Dar paso al reconocimiento de familias homoparentales, sin discriminación como dice la Constitución.
Pero, ¿cuán lejos están de obtener respuestas afirmativas? “Los candidatos no representan una garantía para los Glbti”. Así de claro está Efraín Soria, de la fundación Equidad.
Él anota que Guillermo Lasso, de Creo, considera que los derechos son para las familias conformadas por un hombre y una mujer. De otro lado -prosigue el activista– el Gobierno y Lenín Moreno, de A. País, tuvieron 10 años para aplicar medidas que mejoren su vida. Pero estas no han sido efectivas.
Sin embargo, esa visión no la comparten todos los representantes de minorías sexuales. Así lo afirma Diane Rodríguez, transfemenina que preside la Federación Ecuatoriana de Organizaciones Glbti.
Es un cuadro muy cercano al régimen. Acaba de ser electa asambleísta nacional suplente (del exárbitro de fútbol Carlos Vera) por esa tienda. Alternarán el trabajo en el Pleno, 50 a 50%, “como equipo”.
En su agenda está empujar proyectos de ley para que su población acceda a educación, salud y empleo. Este último punto es un reto, ya que esta población no logra acceder a trabajo formal, con facilidad. Luego, no como prioridad, peleará por el matrimonio civil igualitario y la adopción.
Ella también ha resaltado la posibilidad de que con la refoma a la Ley del Registro Civil, pueden tener su género y no su sexo en la cédula, si así lo deciden.
Eso, para Soria, es un retroceso. La implementación de la unión de hecho para las parejas Glbti -reflexiona el vocero de Equidad- no es un avance integral, pues se requiere abordar otros aspectos como las políticas de inclusión para que la sociedad se eduque sobre la diversidad sexual.
Eso implica sostener programas de inclusión en los planteles y medios de comunicación. También proyectos que protejan el acceso y conservación del trabajo de los Glbti.
Soria está preocupado por lo altamente homofóbica que es la sociedad ecuatoriana. Relata que en el lugar de trabajo, centros de estudios y la familia hay discriminación.
Las propuestas de los candidatos
Sobre el matrimonio civil igualitario, Guillermo Lasso, de Creo, respondió: “soy un hombre de principios y valores que defiende a la familia, soy demócrata y actuaré en estricto apego a lo que señala la Constitución con respecto a la unión de personas del mismo sexo y adopción y a los derechos de las minorías”.
También ha evitado entrar en detalles sobre las opciones de los Glbit. “Este tipo de tratamientos corresponden a las decisiones de la esfera privada de cada ecuatoriano y seré respetuoso”.
Según subraya Lenín Moreno, de Alianza País, la igualdad en el ejercicio de los derechos de “todas las personas” orienta su propuesta. El movimiento Glbti ha alcanzado -apuntó- durante estos años enormes conquistas para la garantía de sus derechos y respeto a su identidad sexual.
También adelantó que buscará que las políticas de familia aseguren que las personas del mismo sexo en unión de hecho tengan los mismos derechos y obligaciones que el resto.
“Fortaleceré espacios de diálogo con los Glbti y con la ciudadanía para que las las políticas en materia de familia aseguren que parejas del mismo sexo tengan los mismos derechos y obligaciones que el resto de ciudadanos, sin discriminación ni marginación”, dijo.
¿En qué espacios? En relaciones de pareja y cuando estén en juego la sociedad de bienes comunes, derechos laborales y de seguridad social.