Los turistas visitaron a los tsa’chilas en las vacaciones escolares

El centro turístico Mushily, ubicado en Chigüilpe, recibió en el último mes a 800 turistas de la Costa y Sierra del país.

El feriado de Carnaval se inició una semana antes para los tsa’chilas. Los 11 centros culturales y turísticos de la nacionalidad empezaron a recibir reservaciones para recorridos y limpias chamánicas desde el 23 de febrero.
La razón: la semana anterior al feriado, la Sierra tuvo vacaciones escolares por la culminación del primer quimestre. Además, la Costa también terminó el año lectivo escolar y los estudiantes de los últimos años realizan sus paseos en Santo Domingo.
Una de las alternativas para estos grupos de jóvenes que visitaron las comunas, una semana antes de Carnaval, fue la ruta del Miya. Este recorrido incluye transporte en ranchera desde el centro de la ciudad hasta las comunas tsáchilas. Si el recorrido es en la mañana se realiza un visita a los centros culturales nativos y a las cascadas de La Roca o de Polanco.
Estas zonas eran sagradas para los antepasados tsa’chilas, porque ahí se hacían los rituales de purificación y las ofrendas a la naturaleza.
En la actualidad, las cascadas son propiedad privada. Pero los tsa’chilas hacen recorridos por estas zonas con turistas.
Si la ruta del Miya se reserva para la noche entonces se organiza un recorrido nocturno por los bosques tsa’chilas. Este paseo incluye una fogata para hacer rituales y también para contar leyendas nativas de terror y bailar al son de la marimba alrededor del fuego.
Desde el 23 de febrero hasta el 1 de marzo, a las comunas Chigüilpe, El Poste y Colorados del Búa llegaron 500 turistas, entre familias, grupos de estudiantes y también de la tercera edad.
De esas comunas, Chigüilpe es la más visitada porque tiene al menos seis centros turísticos operativos. Esa comuna tenía previsto que al menos unos 2 000 turistas conocieran sobre las tradiciones tsa’chilas en el feriado de Carnaval.
Para este asueto, los tsáchilas programaron el festival del Mu (achiote). Esta tradición se inició hace cuatro años en el centro cultural Tolón Pelé, pero desde hace dos años se realiza también en otros lugares de las comunas tsáchilas.
El festival consiste en mostrarle al turista la importancia que tiene el achiote por los poderes curativos que tiene.
Kualuli Calazacón, guía del centro turístico Mushily, señaló que la primera actividad es pintar una raya roja -con achiote - en el rostro. Mientras que en la mano dibujan una línea como si se tratara de una pulsera. Esta se hace con wito, una planta nativa.
Eso les ayuda a que conozcan la textura y olor de estas pastas, que se obtienen al triturar con una piedra las semillas del achiote y del wito.
Luego, los tsa’chilas tenían previsto hacer un festival musical como una demostración de los sonidos de la naturaleza.
También se hicieron juegos ancestrales, en el que el turista debía demostrar las habilidades que los animales le heredaron a los humanos, según la cosmovisión tsa’chila.
Unos turistas jugaron a la lanza veloz, en la que se ponían varios objetivos y el turista debía apuntar para ganar.
Juanito Sánchez, de 30 años, visitó la semana anterior el centro turístico Mushily. “Fue muy entretenido porque jugamos y bailamos como los tsa’chilas. También probamos la comida típica”.
Comida típica. En las comunas se degustan platos típicos con pescado, yuca y plátano desde USD 3.
Artesanías. En los centros culturales hay collares y pulseras para protegerse de las malas energías.
Recorridos. Por USD 5 se realiza un recorrido por el museo etnográfico y demostraciones de danza y rituales.