El reto de 'la ballena azul' y el riesgo del hacking social

El Reto de la Ballena Azul preocupa a padres en varios países del mundo. Ha llevado a cientos de adolescentes a suicidarse. Foto: Pixabay.

El Reto de la Ballena Azul preocupa a padres en varios países del mundo. Ha llevado a cientos de adolescentes a suicidarse. Foto: Pixabay.

El Reto de la Ballena Azul preocupa a padres en varios países del mundo. Ha llevado a cientos de adolescentes a suicidarse. Foto: Pixabay.

Durante las últimas semanas se ha levantado la alerta en varios países sobre una amenaza que se ha vuelto viral, conocida como el Reto de la Ballena Azul.

La preocupación se da, principalmente, porque el reto se ha vuelto popular entre adolescentes en países como Rusia, donde aparentemente se originó, y se ha expandido a otros países por medio de redes sociales. Incluso se investiga casos en Brasil, Colombia y otros. 

El grave peligro del reto de la Ballena Azul es que no es un problema tecnológico: es psicológico. Y emplea técnicas de lo que se ha denominado Hacking Social para llevar a los jóvenes incluso a quitarse la vida.

¿Qué es el hacking social?

Dentro de toda cadena de procedimientos, el factor más vulnerable usualmente suele ser el factor humano. Esto es algo que aprovechaba constantemente Kevin Mitnick, uno de los hackers más grandes de la historia, Hoy en día, Mitnick tiene una empresa de seguridad informática que asesora a otras empresas sobre cómo protegerse de posibles ataques.

Durante las conferencias que dictó Mitnick cuando asistió como conferencista magistral a Campus Party Ecuador, él explicaba que parte de la vulneración que lograba hacer de muchos sistemas informáticos, la hacía preguntando contraseñas a personas específicas dentro de las empresas, haciéndose pasar por gerentes o por otros trabajadores de la misma empresa. Luego, en lugar de tratar de vulnerar sistemas en sí, utilizaba los ‘passwords’ que había obtenido.

Una de las técnicas que él utilizaba consistía en colocar un virus en una memoria USB con el logotipo de la empresa a la que quería vulnerar. Luego, dejaba esa USB botada cerca de la puerta del auto de un empleado de la empresa.

Eso era todo: la persona que encontraba la USB, por simple curiosidad, conectaba la USB al computador de su empresa, y esto daba acceso al hacker al sistema informático de toda la compañía.

El hacking social consiste básicamente en interferir con el comportamiento normal de una persona, convenciéndole de hacer cosas que en condiciones regulares no haría.

En otras palabras: se trata de convencer a alguien de hacer algo que normalmente no haría. En el caso del Reto de la Ballena Azul, se ha convencido a gente incluso de quitarse la vida.

¿Qué es el reto de la Ballena Azul?

El macabro 'juego' de la 'ballena azul' registró sus primeros casos en Sudamérica. Foto: Infobae

Consiste en una serie de retos planteados a través de redes sociales, WhatsApp y otros medios de comunicación. El funcionamiento es como el de un grupo regular de Facebook: varios administradores que deciden a quien aceptar y a quien no dentro del grupo.

El problema no está en lo informático, sino en lo que se hace por medio de estos canales.

En el caso del reto de la ballena azul, se plantea retos a los usuarios durante 50 días, que pueden resultar bastante perturbadores: desde cosas simples como "publica en tu perfil que eres una ballena" hasta retos como "realízate cortes en los brazos y en la piernas" o “siéntate en el borde de un techo, con las piernas colgando”.

Entre los retos también se plantea a los usuarios levantarse varios días en horas de la madrugada para ver videos de terror o con contenido ‘gore’. En ocasiones, estos videos de terror suelen ser enviados por los mismos administradores. Pueden estar publicados en cualquier parte: redes sociales como Facebook, o redes populares en otros países como VKontakte (VK.com), que es considerado como el Facebook de Rusia.

La parte de los desafíos que da el nombre al reto de la ballena, consiste en que los administradores piden a los usuarios en algún punto que dibujen una ballena azul en un papel y se la manden al administrador. Eventualmente, entre los retos, se plantea el cortar la forma de una ballena en la piel.

El último día de los retos, llega el reto final: “Salta de un edificio alto. Quítate la vida”.

Aunque pueda parecer material sacado de un mito urbano, este reto ha levantado la alerta en varios países, sobre todo porque los principales objetivos de este reto son jóvenes de entre 12 y 14 años, que no necesariamente pueden tener un criterio formado para distinguir cómo utilizar adecuadamente una red social o un servicio de mensajería.

En febrero de este año, las autoridades de Rusia arrestaron a Philip Budeykin, el administrador de un llamado “grupo de la muerte” que había sido creado en la red social VK. El detenido, conocido en las redes como Philip Lis, fue acusado de incitar al suicidio por medio de esta red social a dos mujeres de 15 años de edad.

¿Qué hacer al respecto?

Al tratarse de un reto psicológico, la solución no está del todo en la tecnología. Dicho de otro modo: si hay videos de contenido cuestionable o grupos malintencionados en redes sociales como VK o Facebook, la solución no está bloquear VK o Facebook, sino en enseñar a los menores a navegar adecuadamente por estas redes.

En el caso de Facebook, la misma red social desaconseja que menores de 13 años de edad creen cuentas, y pone en línea una serie de herramientas para padres y educadores.

Muchas de estas herramientas no son informáticas: son consejos para padres, que van desde algo tan normal como “Te aconsejamos que hables con tus hijos sobre la seguridad en Internet”, hasta las formas de reportar perfiles de personas menores de 13 años.

También hay formas de reportar grupos de Facebook que pudieran resultar ofensivos o considerarse peligrosos, para que los moderadores de la red social puedan encargarse de revisarlos, y dado el caso, eliminarlos.

En Internet también existen diferentes alternativas de Herramientas de Control Parental que los padres pueden utilizar.
Lo que es recomendable es tener en cuenta que estas son justamente herramientas, que pueden ser utilizadas con una finalidad específica: la de proteger a los menores de la casa.