El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) presentó este 10 de noviembre del 2022 la situación actual de los niños, niñas y adolescentes en el Ecuador.
Paúl Guerrero, oficial de Monitoreo y Evaluación de Unicef, señaló que a pesar de los avances que ha habido en el país, todavía hay muchos retos por atender.
“Es importante que la inversión que se realice sea en los primeros años, está demostrado que mientras más temprana es la inversión, mayores son los retornos que se obtienen”, dijo.
Uno de los problemas que persiste en el país es la desnutrición crónica infantil (DCI). Un 27% de niños la padece, pero la cifra llega al 40% en menores indígenas.
Guerrero mencionó que en seis años, del 2012 al 2018, la DCI apenas se redujo en 1,8 puntos porcentuales. La consecuencia de ello es un rezago en el lenguaje de unos seis meses, en comparación con un niño sano.
También influye en el aprendizaje escolar y más adelante en “problemas para insertarse en el mercado laboral”, dijo Luz Ángela Melo, representante de Unicef en Ecuador.
Melo recordó que los niños, niñas y adolescentes son la tercera parte de la población en el país, alrededor de 6 millones, por lo que es importante que todos los actores de la sociedad actúen.
En la pandemia
La encuesta indica que el 50% de menores en el país sufren en sus hogares de maltrato físico y psicológico y unos 252 000 niños están fuera del sistema escolar.
Además, en 2021, 1 843 menores de entre 10 y 14 años dieron a luz, “lo que significa que cinco niñas cada día fueron víctimas de violencia sexual”, acotó Melo.
Otra de las cifras levantadas por Unicef a través de encuestas es que a raíz de la pandemia, el 50% de las familias con niños tiene dificultades para acceder a alimentos y un 80% de los niños indígenas no puede acceder a agua, saneamiento e higiene al mismo tiempo.
La violencia también se incrementó en la emergencia sanitaria y de acuerdo con la organización, el 50% de menores sufren en sus hogares maltrato físico y psicológico.
Asimismo, la salud mental en esa población se vio afectada. Según los datos presentados por Unicef, hasta junio del 2022, en siete de cada 10 hogares los niños tenían sentimientos de tristeza, agresividad y miedo.
En 2021, 178 niños, niñas y adolescentes (hasta los 19 años) se suicidaron. De ellos, 15 tenían entre 9 y 11 años.
“Son cifras que nos preocupan muchísimo y nos duelen aún más”, dijo Melo.
La representante de Unicef recalcó que cuando un país prioriza e invierte en la infancia se revierten los efectos de la pobreza, la desigualdad y la violencia, ya que al invertir en políticas de educación, salud y protección se generan las condiciones para una sociedad más próspera y justa.
Campaña
En ese escenario, Unicef presentó la campaña ‘Primero la infancia’, que “es un clamor para que la sociedad se vuelque para trabajar por los niños y las niñas” y que sean una prioridad, señaló Melo.
La funcionaria recordó que hay muchas maneras en que un país puede trabajar a favor de este grupo. Las empresas, por ejemplo, pueden sumar a la perspectiva de género la perspectiva de infancia.
La Academia puede hacer investigación sobre infancia y el Estado puede aumentar la inversión en esta población y considerarla como una prioridad, finalizó Melo.
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