Gustavo Vega: ‘Bachilleres no necesitan un examen, sino un sistema de evaluación’

Gustavo Vega Delgado, rector de la Universidad Internacional del Ecuador. Foto: Cortesía UIDE

Con este segundo semestre se acaba el examen de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) para los bachilleres. La reforma de la Ley Orgánica de Educación Superior dispone que las universidades públicas y cofinanciadas deberán establecer sus propios procesos de admisión.

La ‘papa caliente’ está en manos de las Instituciones de Educación Superior (IES) ¿Qué significa esto?
Lo positivo es que se está devolviendo rigores de autonomía que hemos reclamado. Pero en un país en crisis, si las IES públicas y cofinanciadas no tienen recursos para sortear los sistemas de admisión, puede fracasar el nuevo intento por filtrar a los bachilleres.

¿Es necesario el examen de admisión?

No un examen, sino un sistema de evaluación. En la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE) los estudiantes rinden pruebas de conocimiento, aptitudes, dominio de idiomas y la entrevista. En Latinoamérica, los únicos países que no aplican prueba son Uruguay, con resultados positivos porque el bachillerato es fuerte; y Argentina con cierta visión demagógica.

¿Cuáles son los resultados obtenidos en la UIDE?

Baja deserción estudiantil y que los docentes mantengan el seguimiento de sus alumnos a lo largo de la carrera.

¿Qué recomienda?

Un sistema moderno, científico, equitativo y humano. No se trata de hacer un barrido con maldad, los propedéuticos o preuniversitarios son útiles para acortar esa inequidad de bachilleres, entre el urbano y rural. También hace falta una reforma radical en la educación media.

¿Qué criterios deben primar en un sistema de admisión?

La evaluación no debe medir solo el dominio cognitivo. Hay que buscar mecanismos para evaluar lo emocional, volitivo, aptitudes y destrezas. La universidad es sentipensante por lo que el estudiante debe conocer, sentir, aprender y saber hacer.

¿Tienen menos de un año para implementar nuevos modelos?

Para la Costa los tiempos son exiguos, pero las IES deben revisar modelos exitosos y seguros para evitar el fraude académico que se ha visto en colegios y universidades. Las preguntas de conocimiento deben variar cada año para evitar plagio.

¿Qué opciones tienen los que no pasan los filtros?

Es mucho más responsable aplicar una política de Estado para trabajar con los excluidos. Por ejemplo, a quienes no alcanzaron la nota hay que animarlos a cursar una actividad propedéutica para que tengan acceso en la siguiente oportunidad.

¿Por qué hay desencanto por los institutos?

El error histórico del Ecuador es haber anulado el bachillerato técnico e imponer el unificado, desde hace 15 años. Eso está mal porque plomeros, electricistas y demás líneas de la tecnología hacen la media cancha y son necesarios en el mercado laboral.

¿Qué problemas tiene el bachillerato unificado?

No orienta en una vocación. Cada año 90 000 bachilleres se quedan sin cupo y si lo multiplicamos por los 15 años que rige este sistema son más de 1,3 millones de jóvenes que el Estado ha lanzado a la desocupación.

¿Qué se debe hacer?

Una reforma radical al sistema educativo. Estados Unidos tiene unas 5 000 universidades, pero menos de 400 de alto nivel. La mayor parte es Community Colleges, institutos públicos con bajos niveles de rigurosidad académica, pero salvan el espectro de la ciencia y la tecnología al primer país del mundo con fuerza laboral y económica.

¿La gratuidad educativa es un error?

Cuando estuve como rector de la Universidad de Cuenca (1995 y 2000) tuvimos matrícula diferenciada, para los más pobres era gratuita. Ahora la Constitución prohíbe los cobros. Lo igualitario es peligroso, inequitativo y anticientífico. La gratuidad está bien, por ejemplo, en Europa porque se financia con los impuestos de los ciudadanos.

Al quitarle el examen de admisión, ¿qué le queda a la Senescyt?

El presidente Guillermo Lasso, nos debe la extinción de este organismo, porque no está en la Constitución. Tiene su énfasis en la ciencia y tecnología y no está desarrollando esa función. Además, se creó para mantener el control, vigilar y castigar.

¿Cuál es el siguiente paso en la autonomía universitaria?

Hay que oxigenar la Ley Orgánica de Educación Superio (LOES) y hacer cambios radicales. Por ejemplo, un reglamento de doctorado más flexible que devuelva a las universidades la capacidad de manejar sus programas manteniendo los cánones de vigilancia.

Gustavo Vega

PhD en Medicina, tiene una Licenciatura en Filosofía y maestrías en Historia, Psiquiatría, Música y Antropología. Ha publicado 27 libros. Fue rector de la U. de Cuenca, presidente del Consejo de Educación Superior, legislador, embajador, presidente del CNE transitorio y es rector de la UIDE.

Suplementos digitales