Diana Calderón: ‘La brecha en educación no es solo tecnológica’

Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO.

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Entrevista a Diana Calderón, decana de la facultad de educación de la PUCE.

¿Tiene peso el rezago que se puede provocar en el proceso educativo en estos días, frente al peligro sanitario?

Por supuesto que hay un peso importante. Sin embargo, considero que la prioridad en este momento es la salud de los niños. Y, sobre todo, debemos comprender que el aprendizaje no es un proceso lineal en el que yo aprendo 10 meses y si me pierdo uno ya no voy a hacerlo. Creo que la pandemia nos ha enseñado la importancia de que la escuela se integre y se articule con la familia de tal forma en que todos los adultos alrededor de la vida de un niño seamos corresponsables, no solo de que adquiera conocimientos en matemáticas o en ciencias naturales sino del aprendizaje significativo, que hace que esas asignaturas sean importantes en la vida.

¿Cuáles son los problemas de fondo de la educación en Ecuador? ¿Esta circunstancia los agravará significativamente?

Lamentablemente sí. Creo que un gran problema es la brecha por el tema de la capacidad de acceso a una educación de calidad; muchos niños y niñas de sectores rurales y de zonas urbano marginales están en una gran desventaja. Además de no poder acceder a medios tecnológicos hay padres que no están preparados para asumir este reto. Si un adulto a cargo no está en posibilidades de hacerlo, llega a pensar que su rol es presionar al niño en algo que ni él mismo entiende, y eso puede traer incluso complejos problemas sociales. Una cosa es articular escuela con casa y otra pensar en un padre-profesor.

¿Cómo se puede evaluar la respuesta que ha dado el Ministerio de Educación a esta coyuntura?

Ha sido prudente hasta el momento y debería seguir siéndolo, porque abrir las escuelas con índices todavía elevados de contagios podría representar un riesgo mayor. En cuanto a estrategias, he visto en algunas de ellas cómo se está elaborando material que pueda llegar a todos y por diferentes medios. Debería fortalecerse para los alumnos de bachillerato en colegios fiscales, porque en el ciclo pasado hubo clases que fueron por la radio, y no todos podían conectarse.

¿Cómo se está manejando la situación en otros países de América Latina?

Creo que las dificultades que se presentan en este tema son similares. Pero en Chile, por ejemplo, se han transmitido las clases por televisión. Es un poco más cercano para quienes no tienen la posibilidad de conectarse con su maestro mediante una plataforma de otra naturaleza, que sientan que su maestro, el que veían en la escuela, aparece en la pantalla de su televisor.

¿Qué tipo de vacíos podrían aparecer en años posteriores respecto a los estudiantes más pequeños, con este cambio en la forma de aprender?

En algunos países de Europa nos encontramos con que la educación formal empieza a los siete años. Definitivamente, en casa es posible facilitar el desarrollo de destrezas; si en la escuela se trabaja con plastilina para desarrollar la motricidad fina, en casa se pueden hacer bolitas con masa y eso estimula también estas áreas. Es sumamente importante que los padres de los más chiquitos reciban soporte y guía para hacerlo.

La necesidad de un fuerte apoyo de los padres y los recursos a su disposición pudieran ahondar la desigualdad. ¿Cómo tendrán que enfrentarlo los centros educativos cuando se vuelva a las aulas?

Hemos estado acostumbrados a creer que todos los niños tienen que aprender al mismo ritmo y en la misma forma; una educación del siglo pasado, donde todos teníamos que responder a un modelo. Siempre ha habido este tipo de diferencias, pero el reto de la educación en el siglo XXI es entender que cada niño tiene la capacidad de realizar grandes aprendizajes y dar lo mejor de sí en diferentes formas.

¿Cuál es el punto a fortalecer con más urgencia respecto a formación y capacitación de los docentes?

De inicio, muchos maestros se abocaron al uso de herramientas tecnológicas que les permitan llegar a los chicos. Ha sido muy positivo y lo seguirá siendo, pero estoy convencida de que necesitamos recuperar la esencia de ser maestro; nuestros profesores deben formarse en metodologías activas de enseñanza que propicien un aprendizaje colaborativo, donde el estudiante es el centro.

¿La dependencia tecnológica limita o ayuda a un mejor aprendizaje?

La tecnología ha sido y es un buen aliado que nos permite tener una educación al mejor nivel, porque estamos enseñando a nativos digitales, pero no puede agotarse allí el proceso enseñanza-aprendizaje. Si soy primero un buen profesor y a partir de ahí me articulo con todos los recursos que ofrece la tecnología, seré mucho mejor. Pero no podemos decir que porque soy experto en ese aspecto lo tengo todo, porque eso no garantiza calidad en el proceso.

¿Ecuador tiene garantías de conectividad para impulsar la teleeducación?

Por ahora no. Creo que es una oportunidad para el país de volver asequible, a nivel de calidad del servicio y costos, el estar conectados, más aún en este tiempo. Los profesores han aprendido a ser pacientes cuando sus alumnos no tienen señal, porque ellos mismos tienen estos problemas. Cuando hay tres o más dispositivos conectados la interacción se vuelve imposible.