Una caminata perruna y muchos ladridos a favor de la LOBA

Marcela Aguiñaga se unió a la caminata perruna. Foto: Enrique Pesantes/ El Comercio

Rafa, Coco, Chester, Jota, Oso, Mocca… Sus nombres resonaron en la caminata perruna, organizada la mañana de este domingo 2 de agosto por la Fundación Rescate Animal.
Decenas de canes y personas recorrieron las principales calles de Urdesa, en el norte de Guayaquil, para pedir la inmediata aprobación de la Ley Orgánica de Bienestar Animal (LOBA), que se tramita en la Asamblea Nacional. También lo hicieron para recordar el día internacional del perro callejero, que se conmemora cada 27 de julio.
Dana fue una de las tantas mascotas que salió a marchar a favor de la LOBA. En su pelaje blanco, justo en su frente, resaltaba una huella de labial rosa, el que usaba Cecilia Román. “Los animalitos sienten igual que nosotros, son parte de la familia y hay que asumir la responsabilidad de tenerlos”.
Dana no tiene pedigrí. Pero para su familia lo importante no es la raza, sino el valor de su historia. “La encontramos pequeñita, en un basurero -cuenta Cecilia Torres, hija de Román-. También rescatamos a Lucas. Parecía que iba a morir pero ahora está hermoso”.

Historias como esta se repetían en los exteriores del centro comercial Albán Borja, desde donde salió la caminata a las 10:30. Firulo, por ejemplo, fue hallado en una acera, sumamente enfermo. Ahora tiene ocho años en un hogar estable. Y Chester cumplió toda la ruta pese a la herida en su pata delantera izquierda, debido a un accidente. Por ahora, le buscan un hogar.
Zoy también fue encontrada en la calle, totalmente afectada por la sarna. “Era pequeñita. La curé y pensé en darla en adopción, pero me enamoré. En casa tengo seis perros y nueve gatos, todos adoptados”, cuenta Mariuxi Lozano.
Viviana Vásconez, directora de Rescate Animal, fue una de las promotoras. Explica que a través de esta fundación han logrado rescatar a cerca de 500 animales de las calles. Para algunos aún buscan un hogar y otros, lamentablemente, no sobrevivieron debido a su estado crítico a causa del maltrato y otras enfermedades.
Esa, asegura, es una razón sólida para apoyar la aprobación de la LOBA. “Regular la comercialización ilegal, el tema de la esterilización de animales, sea por venta o por adopciones; el control de la fauna urbana y las sanciones para los casos de maltrato son algunos de los puntos que apoyamos y que esperamos que sean incluidos”.
La segunda vicepresidenta de la Asamblea Nacional, Marcela Aguiñaga, se sumó a la caminata. “Libres de miedo, hambre y dolor. Los animales son parte de la familia, hoy marchamos por su protección”, dijo.
Aguiñaga encabezó el recorrido sosteniendo un cartel marcado con la frase ‘La LOBA vive, la lucha sigue’.
El español Leonardo Anselmi, activista que formó parte del grupo que logró la abolición de las corridas de toros en Cataluña, también ayudó a sostener ese letrero. En su cuenta Twitter subió una foto de la extensión de marcha en la avenida Víctor Emilio Estrada y escribió: “Cerca de 3 000 ciudadanos de Guayaquil, 2 500 humanos y unos 500 perros, caminaron bajo el lema ‘La LOBA vive, la lucha sigue’”.
El sábado, Anselmi participó en un taller sobre las acciones que en este momento se están realizando en Ecuador para la promoción de la tenencia responsable de animales de compañía, para el control de fauna y el cese a la explotación de todos los animales sometidos a la carga.
“Cuando los animales ganen derechos, los humanos ganarán responsabilidad y prestigio, porque nuestra especie está desprestigiada. Debemos ampliar nuestra consideración moral hacia otros animales, pues todos sienten igual”, dijo el también portavoz de la Fundación Internacional Franz Weber, enfocada en diversas campañas en defensa de los animales y de la naturaleza.
Al final del recorrido, los asistentes plasmaron sus manos con tinta en un mural. Jennifer y Lizbeth Román dejaron su huella. Las hermanas son defensoras de la idea de adoptar y no comprar.
“Mucha gente piensa que solo es bueno comprar perros de raza y que los perros de la calle son enfermos o feos. No es así”, afirma Jennifer. Y su amiga Canela es una muestra. La hallaron desnutrida y poco después de haber sido atropellada.
Para la caminata, Canela lució una camiseta de Barcelona, que tapaba en parte su brillante pelaje. Lizzy, un schnauzer que adoptaron; y Maiko, un chihuahua que rescataron de un criadero de perros, también fueron parte de esta caminata perruna.