Algunos especialistas señalan que la cocción garantiza que no nos contaminemos con las bacterias que pueden tener estos insumos.
Para la nutricionista Magdalena Mosqueira, del Centro de Medicina Natural Avantari de Perú, aquellas personas que gustan de comer frutas, verduras y carnes crudas poseen un mayor aporte de nutrientes (sales minerales, proteínas y vitaminas), ya que estos suelen desaparecer o disminuir cuando los alimentos son sometidos a cocción o licuados.
“Los alimentos crudos son poderosos regeneradores celulares, brindan mayor oxigenación y son de fácil absorción, pues el organismo no necesita de mayor esfuerzo para digerirlos”, refiere. Estas dietas son económicas, fáciles de preparar y agradables al paladar.
La nutricionista recomienda consumir extractos de verduras preparados con mortero y no con extractores convencionales, pues las elevadas velocidades de las cuchillas suprimen los nutrientes. “Estos jugos –afirma– se recetan a los pacientes con enfermedades crónicas degenerativas, como el cáncer, porque son nutritivos, permiten desintoxicar y fortalecer el sistema inmunológico”.
Con las frutas hay que tener cuidado. Según Mosqueira, se debe evitar ingerir frutas en ensaladas porque la mezcla de más de dos frutas distintas (ácidas y dulces) produce fermentación y acidez en el estómago.
Al provocar una sensación de frío, este tipo de dieta no es aconsejable para personas muy delgadas o que sufren de desequilibrios térmicos porque, debido a la temperatura de sus cuerpos, no toleran los alimentos fríos. “Su consumo también resulta desventajoso en épocas de invierno, pero no en verano, ya que estos alimentos hidratan y refrescan”, anota.
Antes de consumir verduras, frutas y, sobre todo, carnes crudas, se debe verificar que ofrezcan garantías, que estén conservadas a temperaturas adecuadas y la procedencia de los animales (en el caso de carnes). “Una opción para comer carnes crudas es deshidratarlas con sal o usando limón como en el cebiche”, acotó.
Dieta balanceada
Sandra Liza Alauie, nutricionista de Clínica Nutricional Nutrimedglobal, señaló que “la dieta crudívora es una de las tantas formas de alimentación vegetariana basada en la ingesta de frutas y verduras crudas, que puede incluir frutos secos, huevos y leche en estado crudo. Sin embargo, este tipo de alimentación no es completa ni balanceada, pues carece de proteínas de origen animal y legumbres”.
Luego añadió “ya que los extremos no son buenos, lo indicado es llevar una alimentación balanceada siguiendo la pirámide nutricional y consumiendo tanto alimentos cocidos como crudos. Y es que con una cocción y preparación adecuadas se logra un producto apto para su consumo, manteniendo su estado nutritivo para que el organismo lo reciba de forma saludable”, comentó.