Cinco madres curiosas del reino animal
El ‘instinto maternal’ tiene algunas formas poco convencionales de expresarse en el reino animal. Hay progenitoras que se deslindan de sus hijos apenas nacen o incluso antes. Mientras que otras dan la vida –literalmente- por cuidar a sus vástagos.
Si de casos fuera de lo normal se trata, los caballitos de mar son un claro ejemplo. Entre este tipo de peces, quienes se embarazan son los machos. La progenitora solamente deposita los huevos en una bolsa que tiene en el vientre el padre y luego se van.
El macho los fecunda y luego de tres o cuatro semanas, dependiendo de la especie, los pare. Sin embargo, como señala la enciclopedia en línea Biopedia, después de que nacen los hipocampos, el padre también los abandona y ellos tienen que valerse por sí solos.
Ya en tierra firme, otro animal que ejerce de una manera curiosa la maternidad es la osa panda gigante. De hecho, fue catalogada como una de las peores zoo-madres de acuerdo a una lista elaborada por Scott Forbes, biólogo de la Universidad de Winnipeg para la revista National Geographic.
Cuando la osa da a luz a dos crías, solo puede hacerse cargo de una así que decide desamparar a la otra. “Un descendiente robusto es mejor que dos débiles después”, señala Forbes. Así lo hace, la madre vuelca toda su atención al cuidado de la criatura hasta los ocho o nueve meses.
Por el contrario, la hembra cocodrilo es considerada una de las mejores madres, según un ránking de Animal Planet. La razón es que pese a que el cocodrilo es un depredador voraz, cuando se trata de maternidad son criaturas adorables.
La hembra deposita los huevos en un nido construido con vegetación en descomposición, para conseguir la temperatura adecuada sin necesidad de que la madre se pose sobre ellos. Luego de que nacen las crías, la madre los lleva en su boca para darles alimento y agua por un par de semanas.
Otra criatura que llama la atención es la hembra elefante por contar con el mayor tiempo de gestación entre todos los mamíferos. Las mamás elefante llevan a sus crías en el vientre por casi dos años (22 meses). Una investigación del Instituto Liebniz de Investigación en Zoología y Vida Silvestre de Berlín señala que este tiempo tienen un nivel avanzado de desarrollo cerebral.
Durante los primeros meses, las crías son totalmente dependientes. Pero los elefantes son muy sociales, por lo que otras hembras de la manada ayudan a la madre en el cuidado del bebé.
A diferencia de la hembra elefante que solo tiene una cría, la madre pulpo se destaca por tener una numerosa prole. Ella pone alrededor de 50 000 huevos.
Como no se despega de los huevos por largos periodos, no puede ir a cazar y para sobrevivir es capaz incluso de comerse uno de sus ocho tentáculos, indica el sitio web de Animal Planet. Después de que las crías nacen la madre molusco está muy débil y no es extraño que muera poco tiempo después.