En la actualidad, es poco lo que se conserva de este espacio. Antonio de Ulloa realizó algunas descripciones y dibujos del cilindro ubicado en Puntiachil, en Cayambe.
Puntiachil, un sitio clave para el inicio del Inti Raymi, situado en el cantón Cayambe, será el 21 de junio del 2019, el escenario para la elección de la Ñusta (reina) que presidirá la fiesta del sol.
Puntiachil es un monumento arqueológico que, según estudios del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), posee una gran significación para la historia.
Este vestigio fue considerado un centro ceremonial, a la vez que un lugar de estudios científicos y, al mismo tiempo, un sitio estratégico militar para el pueblo Cayambi.
En la actualidad, es poco lo que se conserva de este espacio. Solo quedan una plataforma pequeña y una rampa, pero por diferentes descripciones y textos históricos, especialmente de Antonio de Ulloa, se conoce que hasta 1736 existía un gran cilindro de adobe.
Según estos textos, el sol -al proyectar su sombra en el cilindro- permitía conocer fenómenos astronómicos, como equinoccios y solsticios.
Sin embargo, esto desapareció como resultado de varios saqueos, las condiciones climáticas y el uso de sus paredes para la elaboración de adoquines y ladrillos.
En el barrio Bellavista hay un museo de la Cultura Cayambe, donde se rescatan piezas, la mayoría de ellas pertenece a la cultura Cayambi, y en este lugar también se encontraron esqueletos humanos.
Según explica el investigador Ramiro Andrade, en este lugar hubo diferentes elementos religiosos y rituales sagrados, como la presencia de un reloj solar y un cilindro ceremonial junto a entierros de caciques y pobladores.
Todos estos elementos hacen de este complejo un recurso importante para la identidad de este pueblo milenario.
Según los registros históricos, el cilindro ceremonial y el reloj solar fueron utilizados en sus principales rituales como un agradecimiento al Taita Inti o dios sol y a la Pacha Mama, la madre tierra y al Guayamburo (nevado Cayambe).
Los agradecimientos se realizaban por las bondades recibidas durante el año, precisamente para los rituales de los solsticios y equinoccios.Luis Morán, presidente del barrio Bellavista de Puntiachil en Cayambe, indica que el Municipio de este cantón deberían rescatar este lugar que luce bastante descuidado.
En realidad, es poco lo que se ha hecho para mantener este escenario que tiene tanta importancia histórica.
Morán advierte que Puntiachil fue considerado un lugar privilegiado para la observación de las estrellas, puesto que al estar en un sitio alto y sin contaminación lumínica, hay una buena visualización.
Hay muchos turistas, precisa él, que visitan este referente histórico poco conocido en nuestro país.
Según Morán, en este lugar se han hallado algunos vestigios que merecen la pena ser expuestos y conocidos por los ecuatorianos.
El historiador Galo Ramón da cuenta de que el monumento de Cayambe era un enorme cilindro elaborado con bloques de cangahua.
Además, lo describe con una sola puerta de entrada que miraba hacia el oriente (salida del sol), por donde ingresaba el Cacique Principal (un Ango) al mediodía del 21 de marzo, para encender con los rayos del sol recto el fuego nuevo del inicio del año, que era repartido a toda la población.
El monumento estaba edificado en una tola, llamada en la actualidad Puntiachil, a pocos metros de la ciudad actual de Cayambe. En realidad, el cilindro que aún se conservaba fue dibujado por Jorge Juan y Antonio de Ulloa en 1744.
Los indígenas construyeron una edificación de forma cilíndrica según consta en el dibujo de Ulloa, que incluyó en su Relación Histórica del Viaje a América Meridional, cuyas medidas son 15,9 m de diámetro y 5,08 de alto.