Antes de morir, la actriz Martha Ormaza escribió, dirigió y produjo ‘La Serenísima Madre de las Flores’. La obra se estrena este 24 de octubre del 2018 en la Capilla del Museo de la Ciudad. Fotos: cortesía Jorge Munive.
Alrededor de una pileta de piedra, en uno de los patios del antiguo hospital San Juan de Dios, donde hoy funciona el Museo de la Ciudad, el actor Wolframio Sinué camina pensativo buscando conectarse con Miguel de Santiago, uno de los personajes que interpreta en ‘La Serenísima Madre de las Flores’.
Martha Ormaza escribió, dirigió y produjo esta propuesta teatral, con la participación de siete reconocidos actores locales, y guiada por una columna musical al estilo de la cantata, a cargo de 15 coreutas del Coral Amaranto.
‘La Serenísima Madre de las Flores’ se estrena como una obra dividida en ocho estampas de época, en las que se recrea la vida y obra de algunos talentosos hombres y mujeres, que sentaron las bases de la Escuela Quiteña de arte.
La obra es el resultado de un trabajo de cuatro años de investigación, en los que Ormaza profundizó en la vida de un conjunto de personajes quiteños al que fue dando forma y voz a partir de documentos históricos y de ciertas licencias poéticas y dramáticas.
Para poner en escena el proyecto, Ormaza se apoyó en la codirección de Juan Andrade y en un elenco en el que figuran Maya Villacreces, Valentina Pacheco, Gabriela Ruíz, David Noboa, Pablo Aguirre y Alexandra Guerrero, además de Sinué. Cada uno interpreta al menos a dos personajes, entre los aparecen Isabel de Santiago, Fray Basilio, Francisco de la Cruz, Antonio Bastidas, Teresa de Cepeda, entre otros.
La mayoría son nombres poetas, pintores y escultores relegados por la historia oficial, pero que fueron piezas fundamentales en la construcción del mestizaje como identidad, según explica Pacheco.
Vestida como una de las primeras poetizas de América, Guerrero cuenta que ‘La Serenísima Madre de las Flores’ será el hilo conductor de las estampas, como un personaje que transita entre el plano terrenal y místico, como protectora, pero también como musa.
La obra cuenta con apoyo del sector privado y el Municipio de Quito y se presenta también como un homenaje a los 400 años del natalicio de santa Mariana de Jesús. Ruiz dice que aceptó interpretar a la ‘Azucena de Quito’ porque ve en la obra una perspectiva histórica novedosa, con una visión humana y un deseo de reivindicación, en especial con las figuras artísticas femeninas.
Para Noboa, estas estampas parecerían fragmentos separados, pero al final encuentran un hilo conductor que muestra varias formas de hacer teatro.
La obra se estrena con dos funciones, el miércoles y jueves (24 y 25 de octubre del 2018), a las 19:00 en La Capilla del Museo de La Ciudad (García Moreno y Rocafuerte).