Rostros fatalistas, envejecidos por la desnutrición, otros que revelan la pobreza y la guerra, son captados por el lente de Sebastiao Salgado y presentados en La sal de la tierra, el documental de Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado, donde las personas son precisamente la sal de la tierra.
La obra en blanco y negro, que presenta la vida y trayectoria profesional del fotógrafo brasileño, es parte de la oferta de los EDOC, que se presentó ayer, 23 de mayo, en la sala Alfredo Pareja de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.
El documental invita al espectador a observar a través de los ojos de Salgado, gracias a los recursos que utiliza, en los cuales el fotógrafo se coloca frente a las imágenes y se adentra en las historias de cada fotografía. Con un relato rápido, ya que las imágenes hablan por sí solas, va contando cada una de sus experiencias que marcaron las dos etapas de su trayectoria.
Tras abandonar su profesión de economista, el protagonista viaja a cada rincón del planeta en busca de esas historias de personas comunes que son difundidas al mundo con sus imágenes.
Las comunidades del África, los habitantes de Ruanda tras el genocidio o la imagen de los trabajadores son experiencias que provocan que “baje la cámara, suelte una lágrima” y pierda la esperanza en la humanidad.
Es por eso que el documental muestra a un Salgado que se emociona, pero también es afectado por las situaciones que viven las personas en los cinco continentes. Esto motiva a que abandone su enfoque en los retratos humanos y lo vuelque en la naturaleza, como un homenaje a nuestro planeta.
Las Galápagos, la fauna y flora silvestre, la vida indígena y los paisajes de cada continente son algunos de sus trabajos que forman parte de este período, donde el fotógrafo recobra su esperanza.
El papel de Salgado como padre, hijo y esposo también es perceptible a través de cada relato y contribuye la mirada de Juliano Ribeiro Salgado quien expone la admiración hacia su padre, pero también expresa la ausencia de esta figura durante su infancia.
El documental, que combina tres idiomas, no solamente invita a la reflexión a través de la exposición de imágenes fuertes, pero “que las personas necesitan ver”, sino también a la acción, transmite la esperanza de que todavía se puede hacer algo por la por la vida en este planeta.
La obra recibió el Premio especial del Jurado, en Cannes y se presentará nuevamente el miércoles 26 y el domingo 31.