Matías Páez exhibe su bestiario andino

La muestra 'No hay flor sin podrido' de Matías Páez se exhibe en la galería de arte contemporáneo No Lugar. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO

La muestra 'No hay flor sin podrido' de Matías Páez se exhibe en la galería de arte contemporáneo No Lugar. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO

La muestra 'No hay flor sin podrido' de Matías Páez se exhibe en la galería de arte contemporáneo No Lugar. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO

Más de una veintena de dibujos de Matías Páez (Quito, 1992) forma parte de la muestra 'No hay flor sin podrido', que permanecerá abierta hasta el 31 de enero en la galería de arte contemporáneo No Lugar (García Moreno N9-87 y Oriente); de lunes a viernes de 16:00 a 19:00.

Todas las obras pertenecen al particular mundo que Páez plasma y reproduce en paredes, papeles y fanzines. Sus personajes han sido construidos como habitantes de una narrativa que explora sus inquietudes de la vida cotidiana urbana y sus imaginarios colectivos.

En efecto, 'No hay flor sin podrido' es el trabajo de tesis con el que Páez se gradúa de la carrera de Artes Visuales de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Con este proyecto, además, ganó uno de los tres lugares de la convocatoria Pulso de No Lugar.

A criterio de Francisco Suárez, productor y museógrafo de la galería, la gráfica de Páez contiene “una representación de la ciudad actual”. El paisaje urbano y sus habitantes oscilan entre un mundo heredero de la cosmovisión andina y al mismo tiempo presencia su vida desde la lógica moderna. Así también lo señala Páez al mencionar que “lo andino es parte muy fuerte de mi raigambre”.

No obstante, su propuesta no va hacia un rescate gratuito, romántico o indigenista. Sus trazos van hacia una decandencia que no niega el presente violento o las contradicciones de las dinámicas de toda gran ciudad.

Los dibujos de este joven artista, que colabora con el colectivo artístico Kuzkina Mat, llevan huellas de un conflicto frecuente de las sociedades andinas, y no necesariamente indígenas: la experiencia de una estructura social y cultural impuesta.

La ciudad a los ojos de Páez es una amalgama de posibilidades, grietas y posibles encierros. Asimismo, al ver los dibujos de pequeño, mediano y gran formato de Páez no es difícil pensar en una historia por concebirse.

Este joven artista afirma que uno de sus intereses es el poder de los relatos, y así es como también se ha enmarcado en el cómic y la deriva que podrían tomar sus líneas en la novela gráfica.

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