La sonda entró exitosamente en la órbita de Júpiter. Viajó 2 700 millones de kilómetros. Foto: Agencia EFE
La NASA celebró un triunfo el pasado lunes 4 de julio de 2016 luego de que la sonda Juno se introdujo con éxito en la órbita de Júpiter en una misión para investigar el origen del Sistema Solar. El Jet Propulsion Laboratory de la NASA, en California, estalló en júbilo cuando se verificó el ingresó en la órbita del planeta más grande de este sistema, a las 03:53 GMT (poco más de las 22:00 del lunes, en Ecuador). “Estamos dentro”, gritó Scott Bolton, responsable científico de la misión de la agencia espacial estadounidense.
La sonda no tripulada y propulsada por energía solar recorrió 2 700 millones de kilómetros desde su lanzamiento hace cinco años desde Cabo Cañaveral, Florida. En esta travesía, Juno nunca estuvo sola. Tres personajes muy particulares fueron a bordo de ella. Se trata del científico Galileo Galilei, el dios romano Júpiter y su esposa, Juno, representados en unas pequeñas figuras de lego. Algo similar a lo que haría el Voyager 1 y su disco de oro en su viaje por la galaxia.
Las miniesculturas, que tienen un tamaño de 3,81 cm. fueron enviadas como parte de un acuerdo entre la NASA y el grupo juguetero, en una iniciativa educacional denominada ‘Lego Bricks in Space’ para lograr que más niños se interesen en la exploración espacial. Las figuras fueron elaboradas con aluminio refinado, para no interferir con los equipos que la sonda Juno lleva a bordo.
Una misión histórica
El primero de los objetivos de la sonda será estudiar la atmósfera del planeta gaseoso. Para ello, cada 14 días se aproximará a Júpiter hasta febrero del 2018 para tomar muestras del comportamiento de las nubes que lo envuelven.
Mientras trabaja en estas mediciones, Juno acumulará datos en torno a otro elemento fundamental para entender al planeta: su campo magnético. Para ello, la sonda transitará alrededor de los polos para observar sus autoras en luz ultravioleta. Así podrá cartografiar los campos gravitacionales y magnéticos para determinar su estructura interna.
Paralelamente, la sonda determinará la cantidad de agua que existe en el planeta y delimitará su masa con el objetivo de encontrar una teoría correcta en torno a su origen. Los científicos de la misión Juno podrán mejorar las teorías que existen sobre los orígenes del Sistema Solar y su evolución a través de la historia.