Los equipos se inscriben con USD 100 y reciben seis boyas y madera para armas sus balsas tradicionales en ese día. Foto: Marcel Bonilla / El Comercio
La XIV regata fluvial por el río Esmeraldas ha convocado a decenas de esmeraldeños para exhortar al cuidado del estuario y la conservación de las 242 hectáreas del recurso manglar.
Esta competencia, que recoge la práctica de antiguas costumbres de los afroesmeraldeños, como navegar en balsas y hasta cocinar los platos más variados de la gastronomía esmeraldeña, está prevista para el próximo 16 de noviembre.
El comité organizador de la regata, representado por Kariny Panchano, cree que este año participarán más de 20 equipos de las distintas instituciones de la ciudad, quienes tienen un mes de preparación.
Generalmente, la regata se ha cumplido en los meses de septiembre, pero este año se la incluyó en la programación por las fiestas de provincialización de Esmeraldas, que se celebran el 20 de noviembre.
El año pasado estuvieron diez equipos en competencia, quienes recorrieron la ruta fluvial San Mateo– Propicia 1 y malecón de Tachina, sitio donde concluye la competencia que empieza a las 06:00.
Los grupos participantes deberán armar sus balsas y ataviarlas como hacían los antiguos. La construcción ancestral de estos pequeños navíos se la realiza con ramas de árboles y hojas de palmeras, utilizada como techo de la embarcación.
Sobre la barcaza van las antiguas artes de pesca como una catanga, atarraya y anzuelos, que utilizaban para pescar mientras bajaban por el río cargados de frutas, plátano, carbón y madera. Además, se monta un fogón en el que se preparan alimentos con mariscos, a base de coco, chiyangua y chirarán, especias naturales utilizadas ancestralmente para condimentar las comidas.
Los participantes no solo deben armar sus balsas, sino una pieza de marimba, que presentan en la explanada de la parroquia San Mateo, sitio recordado porque fue allí donde arribaron los españoles por primera vez a Esmeraldas, el 21 de septiembre de 1 526.
En esta parte destacan los amorfinos con el picante del pueblo afro, que danzan descalzos frente al río en la parroquia San Mateo, del cantón Esmeraldas “Esta es una verdadera forma de rescatar esas manifestaciones culturales de los pueblos”, señala el antropólogo Adison Güisamano.
Según Güisamano, quien cumple las funciones de director de Patrimonio Cultural de Esmeraldas, el río tiene sus historias porque es ahí donde nacen los cuentos de personajes de la mitología afro como el Riviel, la Tunda y el Duende.
Desde el anuncio de la regata, los diez primeros grupos han empezado a practicar las danzas de la tradición como caderona, andarele, fabriciano, agua larga, torbellino y bambuco, con coreografías inéditas que serán presentadas ese día.
Valentín Palma, líder de la agrupación Los pepudos de la playa, quienes han sido campeones en siete ocasiones, explica que este año han preparado un mensaje que motiva a la conservación del ecosistema manglar como fuente de vida.