La chicha o maláse elabora para celebrar el Kasama en Santo Domingo

Tres tsáchilas deben encargarse de extraer el jugo de caña en los trapiches nativos, construidos con pambil

Tres tsáchilas deben encargarse de extraer el jugo de caña en los trapiches nativos, construidos con pambil

Tres tsáchilas deben encargarse de extraer el jugo de caña en los trapiches nativos, construidos con pambil. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

La chicha o malá es la bebida más tradicional de los tsáchilas. Ellos elaboran más de 500 litros para la fiesta Kasama (Nuevo Amanecer), que se realiza durante el feriado religioso de Semana Santa. Esta bebida está conformada por tres ingredientes: caña de azúcar, maíz y una planta medicinal conocida como coló.

El proceso de elaboración puede tardar hasta dos semanas, porque el líquido debe fermentarse al menos ocho días.

Abraham Calazacón
, líder del Centro Cultural Mushily, señala que el proceso se inicia con la recolección de la caña, en las plantaciones tsáchilas que por lo general están en la entrada del bosque nativo.

Para 10 litros de jugo se recolectan al menos 50 cañas, de 1 y 2 metros de alto.
Esos troncos se almacenan en una cabaña cerca del trapiche tsáchila, que está construido con madera nativa, como el pambil, la caña y el bambú. Luego, el tsáchila deberá ingresar en luna llena nuevamente al bosque nativo para recolectar hojas del árbol coló.

Estas hojas se mantienen en un lugar fresco por dos días, mientras se exprime el jugo de la caña de azúcar en el trapiche. Ese trabajo lo realizan tres personas. Dos deberán hacer girar al trapiche y la otra insertará la caña y colectará el líquido dulce.

Mientras, las mujeres tsáchilas deberán moler el maíz en las cocinas nativas. El chamán deberá triturar las hojas de coló. Cuando los tres ingredientes están listos se mezclan y se guardan en un cuarto oscuro hasta que se fermenten.

Como mínimo se debe esperar una semana y máximo un mes para que logre un grado alto de fermentación.

Miriam Calazacón, guía nativa tsáchila, afirma que la elaboración del malá involucra a toda la familia. Por eso, es una bebida que tiene como fin compartirla entre los miembros de la comunidad en fechas especiales, como matrimonios.

Esta bebida no se considera alucinógena porque no lleva alcohol; sin embargo, de a cuerdo con el grado de fermentación que tenga sí podría causar mareos o estados de somnolencia.

Por eso, en las reuniones festivas tsáchilas a los niños y jóvenes se les hace un jugo similar, pero sin fermentación. En las siete comunas ya iniciaron la recolección de los tres ingredientes. “La chicha

se hace en muchas culturas, pero el secreto de la nuestra son las plantas medicinales que le dan un toque diferente”, dice José Aguavil, del Centro Cultural Shuyun.

Afirma que la bebida se utiliza únicamente con fines festivos en la fiesta Kasama y los chamanes no pueden beberla hasta el Sábado de Gloria, cuando han finalizado los rituales chamánicos.

De hacerlo, se considera una falta de respeto para los dioses. Además, si el chamán la bebe antes de la toma del ayahuasca podría tener reacciones secundarias, como vómito o diarrea.

“La ayahuasca es un depurador de toxinas y malas energías. Por eso se debe tener una dieta blanda durante el día para que no afecte al organismo”, comenta Aguavil.

Según la Gobernación Tsáchila, se planifica que la chicha o malá se venda en el festival gastronómico, que se realizará del 18 al 20 de abril, durante la fiesta Kasama.

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