El crudo ecuatoriano bajó a USD 54,88, menos que el…
Colombia sanciona a plataforma de pedidos por exceso…
14 provincias de Ecuador, declaradas en estado de ex…
Embajada de EE.UU. dice que la violencia incrementa …
Machala invertirá fondos de festividades para recons…
Deslizamiento cierra parcialmente la vía Mitad del M…
Evo Morales califica de 'nula' orden de arresto cont…
Informe de la ONU dice que la subida del nivel del m…

La identidad de Crucita se refleja en 10 murales

En la parroquia turística Crucita (Portoviejo) se pintaron murales que muestran la identidad del montuvio y cholo. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

En la parroquia turística Crucita (Portoviejo) se pintaron murales que muestran la identidad del montuvio y cholo. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

Los murales exhiben el rol ancestral que cumplían las mujeres y hombres costeños. Foto: Juan Carlos Pérez / para EL COMERCIO

La identidad de la parroquia Crucita se refleja en 10 murales que se dibujaron hace tres meses en el malecón.

Esta parroquia turística es parte de la ruralidad de Portoviejo, la capital de Manabí.

Sus habitantes se dedican a la pesca, al turismo y en menor proporción a la agricultura.

A unos 300 metros de la playa se instalaron unos 60 negocios entre restaurantes, tiendas, hostales y hoteles.

En las paredes de estos locales, seis artistas plasmaron dibujos que muestran al cholo y al montuvio manabita.

Unos fueron dibujados por artistas locales y otros por artistas de la Casa de la Cultura núcleo La Maná (Cotopaxi).

Los pintores Ismael García, Javico Román, Maritza Álava y Jason Maiguam viajaron a Crucita en enero para trabajar en los coloridos murales.

Ellos hicieron un trabajo de investigación para determinar la interculturalidad de la zona. Determinaron que los vuelos en parapente son las actividades que más atraen a los turistas y por eso lo reflejaron en un mural, que abarca casi una cuadra. Ahí se puede observar a los pilotos descendiendo.

En la parroquia turística Crucita (Portoviejo) se pintaron murales que muestran la identidad del montuvio y cholo. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

Sin embargo, en la cotidianidad de Crucita, la actividad que más se destaca es la pesca, que realiza -en su mayoría- el pueblo cholo manabita.

Es recurrente ver las embarcaciones en la arena o parqueadas afuera de las viviendas.

Los pescadores dedican todo el día y a veces la noche o madrugada a la pesca. Ellos se trasladan en pequeñas embarcaciones llamadas pangas.

José Mendoza es un pescador desde hace 30 años. Recuerda que la primera vez que se subió a una panga tenía 5 años. Su primera batalla fue contra las olas del mar y el movimiento que provocaban en la embarcación. “Fue una sensación extraña porque sentía náuseas, pero a la vez felicidad porque entendí que ese era mi destino”.

Historias como las de José fueron retratadas en un mural en el que se ve a los pescadores con pantalonetas y sombreros típicos de la región, junto a la panga en la orilla del mar. Al fondo se puede observar la formación de una ola.

Para facilitar la actividad pesquera, en esa zona se construye un muelle, en una superficie de 6,5 hectáreas.

Esa obra también contempla un espigón o rompeolas, de 700 metros, para recuperar la playa. Esta zona tendrá tres bloques donde funcionará el área administrativa, de procesamiento y un taller.

Martha Zambrano, moradora de Crucita, afirma que esperan la inauguración de la obra, que será a finales de este año. “Muchas de las personas estamos relacionadas con la pesca y nos dijeron que habrá un centro de eviscerado, donde trabajaremos las mujeres”.

Según Zambrano, ancestralmente se definieron los roles de las mujeres en los pueblos cholos. Ellas se dedicaban a preparar los alimentos para la faena de pesca de los hombres.

Cuando ellos llegaban, las mujeres se dedicaban a eviscerar los pescados. Esa tradición aún se mantiene e incluso en temporada de vacaciones escolares, los niños también se dedican a esta labor.

Por eso, los pintores también resaltaron a la mujer en un mural de fondo rojo, en la que se la observa sonriente con un sombrero típico y sosteniendo una especie de tela o red, en la que se dibujaron diferentes especies marítimas.

En otra pared del malecón, se dibujó al centro de Crucita, que se caracteriza por una iglesia católica junto a un parque. En el mural aparecen las plantas características de esta zona, como las palmeras. Además dibujaron al mar y unas embarcaciones.

En una pared pintada de amarillo, en cambio, están especies marítimas y las palabras: “Crucita, la Bella”.