De todas las cosas que ofrece la cultura de México, la música ranchera es una de las más importantes; quizá, incluso, uno de sus mayores legados. Los escuchamos en cumpleaños, con Las mañanitas y está inevitablemente vinculado a las serenatas. Es lo que se aprendió del cine con Pedro Infante o con el mismísimo Cantinflas, dos símbolos paradójicos de la masculinidad mexicana.
Eso explica que la serie ‘El rey Vicente Fernández’, estrenada el 14 de septiembre, se convirtió súbitamente en lo más visto de Netflix en Ecuador y en varios países de América Latina. Y es que este cantor de rancheras fue en verdad un ícono -quizá el último- de este género que se regó por el mundo, como el bolero o el tango.
‘El rey Vicente Fernández’ es la historia autorizada que la familia permitió filmar a Caracol Internacional. Antes, Televisa había transmitido ‘El último rey: el hijo del pueblo’, por el que hay una larga disputa legal.
Más que una serie, es una telenovela propiamente mexicana, de esas a las que nos acostumbró Televisa. Es un monumento a la cursilería, con un guion que deja muchos vacíos y que quiere contener una épica que resulta poco creíble y una actuación que fue criticada ampliamente por los que se declaran fanáticos del ‘Charro de Huentitán’, la ciudad en donde vivió su infancia y decidió ser cantante.
Aunque se afirma que está basada en hechos reales, carece de verosimilitud porque se presenta el carácter moral de Fernández sin las fisuras que todo ser humano tiene. Es el héroe al extremo -y ese quizá sea el impacto que tiene como telenovela que es-; no hay nada que reprochar al protagonista, ni siquiera cuando los hijos se sienten abandonados porque estaba empeñado en su carrera musical y padecían el destino de ser hijo de un famoso.
Desde pequeño -y esto es lo real- tuvo que enfrentar las adversidades propias de todo hogar humilde. Pero el planteamiento del personaje es lo que inquieta: el mundo conspira contra él. Se mantiene incólume y dice “algo habrá que hacer”, siempre con virtudes ante las injusticias, los celos y las envidias de sus colegas, la pasión que generó en las mujeres y hasta el poder del presidente de Nicaragua, llamado Belisario Montenegro, que se puede decir que es Anastasio Somoza.
Y así se presenta como el ser humano ejemplar ante el padre apostador y alcohólico. Nunca el mundo dejará de estar en su contra. Pero Fernández es un dechado de virtudes, que desde niño estuvo atormentado por la muerte, en la figura de un charro, al que valientemente desafía desde pequeño.
Mujeriego en la vida, no lo es en la serie. Sí, hay dos o tres momentos en que hay una pequeña debilidad por alguna. Pero es más una injusticia en contra de él, pese a que hubo, en su contra, algunas denuncias por acoso sexual.
La paradoja es que se le presenta como un hombre que entendió las diversidades sexuales. Cuando va a la capital, en 1966, se queda donde una prima, una activista por los derechos de las lesbianas. No se sabe en realidad de su existencia y menos, mucho menos, que él se convirtiera en uno de los primeros hombres que participó de una marcha gay en el D.F.
A ella le promete una canción que deje de lado el machismo del charro. Y eso se concretará años después, cuando graba Volver, volver, una canción que grabó pese a que presagiaban que no tendría éxito, porque un charro jamás admitirá la derrota ante una mujer.
Era lo contrario. La comunidad Lgbti+ recordó algunos dichos homofóbicos, como cuando se negó a un trasplante de hígado, según reconoció en una entrevista en 2019, porque: “Me querían poner un hígado de otro cabrón y les dije: Yo no me voy a dormir con mi mujer con el hígado de otro güey. No sé si era homosexual o drogadicto”. Y en la biografía no autorizada de Olga Wornat, ‘El último rey’ se afirma que no toleraba a Juan Gabriel por ser gay.
Datos
La telenovela cuenta la vida del ranchero mexicano, su lucha constante y su persistencia para convertirse en el nuevo ídolo de México y superar incluso a Pedro Infante, que era su referente. Es la historia de un hombre que debe enfrentar y vencer la muerte para no quedar en el olvido.
Sin duda, al menos para quienes les gustan las rancheras y los mariachis, Vicente Fernández fue un referente. Da ternura su hijo, el cantante Alejandro Fernández, que se muestra como cualquier benjamín, ingenuo y hasta chismoso, pero es el único que quiere seguir el camino del padre.
Son cuatro actores que interpretan a Fernández. El que hace del ranchero adulto es Jaime Camil, a quien se le criticó su participación: “le quedó grande el papel”. También actúan Regina Pavón, Marcela Guirado, Gaby Espino, Camila Rojas, Sofía Garza y Sebastián García García.
‘El rey Vicente Fernández’ está en la línea de las dramatizaciones de la vida de los músicos mexicanos, como la de Luis Miguel. La otra serie, de Televisa, se trabajó a partir de ‘El último rey. La biografía no autorizada de Vicente Fernández’, de Olga Wornat, sobre sus tragedias y pasiones.