Las muñecas embrujadas son protagonistas de varias leyendas e historias de terror de la cultura contemporánea. Foto: Pinterest/ Tumblr.
Dependiendo de su origen, una muñeca puede significar muchas cosas. Para algunos, guarda relación con un sentimiento, mientras que para otros puede ser solo un juguete.
Los más aficionados las coleccionan y guardan entre sus pertenencias cientos de muñecas que datan de distintos tiempos. Hay también un sentimiento negativo asociado a estos objetos, en algunas personas despiertan inclusive miedo.
La mayoría de muñecas son pensadas como juguetes, pues fueron creadas como un modelo de ser humano para que los más pequeños se entretengan. Algunos niños encuentran en sus muñecas compañía y un amigo con quien juegan y conversan en una idea muy asociada a la inocencia.
En algunas culturas, como la japonesa, se cree que las muñecas kokeshi pueden haber sido creadas para representar niños muertos. Esta creencia se basa en la etimología de la palabra, compuesta por ko (niño) y kesu (liberarse).
Ese objeto, de aspecto tan frágil, también se ha usado en rituales mágicos y religiosos alrededor del mundo y en culturas ancestrales. De allí salen tantas leyendas de la cultura popular atadas a un proceso fallido que terminó con la posesión de la muñeca.
Así, la característica de inocencia de las muñecas se ha corrompido a lo largo de los años por las historias de terror asociadas a las mismas, especialmente las que son antiguas. Además, en diversos rituales se utiliza las muñecas como un medio de conexión sobrenatural, por ejemplo, en la práctica del vudú.
La religión vudú es conocida por tener un importante importante componente mágico. Se originó por medio de las creencias de los pueblos que fueron trasladados como esclavos desde el África Occidental. El muñeco vudú es una especie de humanoide que estaría- según la creencia- vinculado al espíritu de una persona. Popularmente se cree que lo que se le haga a un muñeco le sucede a la persona que éste supuestamente representa.
Normalmente, estos muñecos están relacionados con rituales de magia negra fabricados con el fin de generar dolor o martirio en la persona. Sin embargo, este conjunto de prácticas y costumbres ha sido deformado y demonizado por la literatura y el cine.
Algunas de las historias que se han escrito o llevado a la gran pantalla y que tienen relación con alguna muñeca son generalmente exageradas para aumentar el suspenso y mantener el interés en la historia. Ese es el caso de Annabelle.
En la historia real la muñeca que protagonizó uno de los fenómenos paranormales más conocidos, no es tan terrorífica como se la representa en la película. Al contrario, tiene aspecto de una muñeca de trapo común e incluso similitudes con un payaso.
Quizás por eso en 1970 una mujer le regaló a su hija-una estudiante universitaria- la muñeca de la marca ‘Raggedy Ann’. A los pocos días la muñeca parecía moverse sola y a dejar extraños mensajes que aparentemente no tenían sentido. Inicialmente la dueña de la muñeca lo interpretó como una broma e ignoró los sucesos que con el tiempo aumentaron de intensidad.
Finalmente la estudiante acudió a un cura que transmitió el caso al demonólogo Ed Warren y a su esposa la parasicóloga Lorraine Warren. La pareja afirmó que dentro de la muñeca mora un espíritu maligno que pretendía poseer a la madre de la estudiante.
Desde entonces, Annabelle ha permanecido en una urna de cristal dentro de un museo en Connecticut con un cartel que advierte a los visitantes de no abrir el cristal.
Annabelle no es la única muñeca ‘embrujada’. La muñeca de porcelana Mandy que fue creada en 1910 y fue donada al museo de Quesnel en Nueva York en 1991 también parece tener poderes sobrenaturales.
La historia cuenta que la persona que donó a Mandy afirmó haberse levantado en varias ocasiones por el sonido de un bebé llorando. Una vez que donó la muñeca dejó de escuchar el sonido.
Sin embargo, en el museo en el que terminó Mandy se empezó a presenciar el mismo fenómeno y que incluso, una vez, luego de escuchar el llanto del bebé encontraron a la muñeca con lágrimas de sangre en el rostro.
Las muñecas embrujadas son el personaje principal de un sinnúmero de leyendas urbanas, películas de terror y libros. Existe un nombre -pediofobia- para el miedo que pueden llegar a infligir las muñecas. Quienes poseen la fobia están rodeados constantemente de una duda, ese objeto que se parece tanto a un humano, ¿podría cobrar vida?