Alimentación vegana evitaría la muerte de 23 189 personas en el Ecuador

El mes pasado se realizó en Quito una marcha por los derechos de los animales. Veganos difundieron los impactos del consumo de carne en la fauna y el planeta.

El mes pasado se realizó en Quito una marcha por los derechos de los animales. Veganos difundieron los impactos del consumo de carne en la fauna y el planeta.

Una disminución del consumo de carne o la eliminación de sus derivados de la alimentación diaria tiene un impacto en el ambiente. Una dieta vegana provocaría una reducción del 70% (8 020 MtCO2-eq) de las emisiones proyectadas para el 2050 asociadas a la comida en el mundo y el Ecuador generaría una reducción del 82,1% (29,0 MtCO2-eq) de las emisiones previstas.

Un reciente estudio de la Universidad de Oxford confirmó que la adopción de este tipo de alimentación es lo que más contribuiría a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero proveniente del sector de la comida. Sin embargo, esta dieta debe hacérsela de una forma equilibrada para evitar enfermedades como la anemia o la desnutrición.

La investigación, publicada en la revista Proceedings of National Academy of Sciences, incluye una proyección al 2050 de cuál sería el impacto en el ambiente tomando en cuenta tres tipos de dieta: una baja en carne, otra vegetariana y la tercera vegana.

En el primer caso se calcula que se pudiera reducir 29% de las emisiones de gases contaminantes, en el segundo un 63% y en el caso de los veganos, 70%. En el Ecuador, el panorama sería similar. Con una dieta baja en carne habría una reducción del 44,5% de las emisiones proyectadas para el 2050 asociadas a la comida, en el caso de la dieta vegetariana la reducción sería del 77% y en el caso de los veganos sería del 82,1%.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), las cadenas de suministro ganadero son responsables del 14,5% de todas las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) antropogénicas y, al mismo tiempo, aportan al cambio climático, mientras que el transporte aporta un 13%.

Esta es una de las principales razones de quienes optan por una alimentación vegana. Aunque en el Ecuador no hay cifras sobre el número de personas que optan por esta dieta, según la Union Vegatariana Internacional, existen más de 600 millones de vegetarianos en el mundo.

Sofía Torres, activista en la fundación Libera Ecuador, adoptó esta dieta hace año y medio. Lo hizo para tener un poco más de coherencia con su activismo y reducir su huella ecológica.

Este tipo de alimentación excluye el consumo de carnes y sus derivados, incluyendo los lácteos, huevos, miel y cualquier producto que implique el sufrimiento o la explotación animal. Según Torres, con esto, se está contribuyendo a reducir la deforestación en la Amazonia.

Según el último informe de la FAO, el 70% de la superficie total agrícola se destina al desarrollo de la producción ganadera y en América Latina y el Caribe es la principal causa de deforestación.

La producción de carnes es el rubro que mayores emisiones aporta a la atmósfera por kilo de producto. Las provenientes de carne ovina en la región generan 49 kilogramos de CO2 equivalentes por kilogramo de carne, esto representa el doble del promedio global. Las de carne caprina y vacuna lo superan en 37% y 29% respectivamente.

Según el informe de la Tercera Comunicación Nacional, en el Ecuador, la agricultura es responsable del 18,17% del total de emisiones netas del país, después del sector energía. Durante el período 2008-2014 la tasa de cambio de la cobertura boscosa en el Ecuador continental fue de -0,37%, que se traduce en una deforestación neta promedio de 47 497.

Según el plan de Acción REDD+, publicado en 2016, el 99% del área deforestada en el periodo 1990-2008 fue transformada en áreas agropecuarias, específicamente en cultivos y pastos. La información del MAE revela que esto lleva, a considerar que la primera causa de deforestación el Ecuador es la ampliación de la frontera agrícola.

Un estudio publicado el año pasado de la Universidad de Lund en Suecia, muestra que una dieta basada en vegetales ahorra 0,8 toneladas de Dióxido de carbono (CO2) al año.

Juan José Ponce, ambientalistas y miembro del colectivo Activistas por la Defensa y Liberación Animal (ADLA), explica que esta alimentación representa menos costos del agua y uso de la tierra. Para producir un kilogramo se necesitan entre 15 a 20 mil litros de agua.

Aunque esta forma de alimentación puede estar asociada con problemas de salud por falta de proteína animal, si es llevada a cabo de una forma adecuada, puede funcionar sin problemas. Según Sara Rivera, nutricionista especializada en nutrición deportiva, es necesario aumentar la cantidad de líquido, las grasas vegetales y asegurarse de consumir omega 3, calcio, vitamina C, hierro y zinc.

En el caso de los veganos, dice Rivera, se recomienda tomar suplementos de vitamina B12 y aumentar las porciones de frutas y vegetales. Es importante asesorarse bien para evitar enfermedades como la desnutrición, la anemia, osteoporosis, cansancio o pérdida de masa muscular que generalmente están asociadas con una alimentación vegana y vegetariana.

Belén Calderón, de 26 años, decidió dejar las carnes hace cuatro años y medio, aunque aún consume sus derivados. Primero empezó con la carne roja y después siguió con el pollo, el pescado y el cerdo. Aunque dice sentirse mejor desde que adoptó esta dieta, desde hace seis meses empezó a tomar suplementos para evitar anemias a futuro.

Desde que optó por este estilo de vida, cuenta, come siete veces al día y prepara sus platillos todos los días con legumbres, chochos, fréjol, garbanzo y jugos naturales. Esta dieta ovo lacto vegetariana también es vista como un aporte a la conservación de los ecosistemas, aunque en menor medida, debido a que se mantiene el consumo de lácteos y derivados de origen animal.

Según la investigación de la universidad de Oxford, esta alimentación provocaría una reducción de 1,51 tCO2-eq de las emisiones proyectadas para el 2050 por persona asociadas a la comida en el Ecuador.

La reducción en las emisiones de gases llevaría a evitar hasta USD 510,57 billones asociados a daños por fenómenos ambientales en el caso de la alimentación vegetariana y de hasta USD 234 billones en la vegana en el mundo.

Adoptando una dieta vegetariana se prevendrían la muerte de 20 561 personas por diversos riesgos asociados a la alimentación, según el estudio. Esto se debe a la disminución en enfermedades relacionadas al excesivo consumo de carne roja como la hipertensión, la diabetes y los problemas del corazón.

Según el Registro Estadístico de Nacidos Vivos y Defunciones 2016 del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), las enfermedades isquémicas del corazón fueron la principal causa de mortalidad de hombres con el 10,15%, seguidas de los accidentes de tipo terrestre (6,32%), la diabetes mellitus (6,17%) y las enfermedades cerebrovasculares (5,81%).

Pablo Ricaurte, de 42 años de edad, es una de las personas que tuvo que cambiar su alimentación por problemas de salud. Al sentir dolores de cabeza, pesadez, llenura y amortiguamientos en los brazos, acudió al doctor y allí se reveló que tenía niveles altos de colesterol y triglicéridos.

Ricaurte, quien consumía grandes cantidades de carne roja, dejo de consumir este alimento y tuvo que aumentar las porciones de verduras y vegetales. Debido a su alta actividad física, cuenta, aún come carne de pollo, pavo y pescado.

El estudio de la Universidad de Oxford también muestra que con una dieta que incluye menores porciones de carne, se contribuye a disminuir los gases de efecto invernadero.

En este caso, si las personas consumen menos de 300 gramos de carne roja por semana y mínimo cinco porciones de frutas y vegetales al día provocaría una reducción del 44,5% del las emisiones proyectadas para el 2050 asociadas a la comida en el Ecuador.

En el mundo hay varias iniciativas para fomentar una reducción de la ingesta de proteína animal. En Sao Paulo, por ejemplo, se busca prohibir la venta de estos productos en colegios y oficinas públicas los lunes, como parte de la iniciativa “lunes sin carne” que se promueve a escala mundial.

El movimiento Slow Food, que también se encuentra en el país, promueve un consumo responsable de los alimentos, preocupándose en el origen de la comida y en todo el proceso hasta que llega a la mesa.

Esteban Tapia, cocinero y docente de la USFQ, quien pertenece desde hace ocho años a esta organización, explica que se busca una relación más cercana con los productores y el cuidado del ambiente a través del consumo de animales de granja que han tenido una buena vida y que no son vinculados a la agro industria.

En temas económicos, una dieta con menor consumo de carne ayudaría a ahorrar USD 730 billones en gastos asociados a la salud en el mundo, la vegetariana USD 970 billones y la vegana USD
1 070 billones.

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