Arqueólogos descubrieron una fábrica que elaboraban un tipo de cerveza en la antigüedad en Israel. Foto referencial: Pixabay
Arqueólogos descubrieron en Israel lo que creen se trata de la más antigua planta de producción de alcohol del mundo, en este caso de una bebida parecida a la cerveza que podría haber sido utilizada en ceremonias hace 13 000 años.
El sitio está ubicado en la caverna de Raqefet, al sur de Haifa (norte de Israel) , y era un lugar de enterramiento de hombres y mujeres de la cultura natufiense (12 500 a 10 000 a.C, que se extendía en Oriente Medio), y se caracteriza por marcar el comienzo de la sedentarización.
“Si no nos equivocamos, estamos ante la evidencia más antigua de la producción de alcohol de cualquier tipo en el mundo”, dijo Dani Nadel, profesor de arqueología de la universidad de Haifa, uno de los autores de un artículo sobre este descubrimiento publicado en la revista ‘Journal of Archaeological Science: Reports‘.
“Sabemos que había natufienses en esta cueva. Enterraron a algunos de sus muertos en una plataforma cubierta con flores y plantas, y al parecer producían un líquido parecido a una sopa, que en realidad era una bebida alcohólica”, añade.
La bebida producida era “diferente a la cerveza de hoy”, con mucho menos alcohol, pero también era fermentada, aclara.
Se encontraron tres pequeños crisoles de entre 40 y 60 centímetros de profundidad, cavados en la propia superficie rocosa de la cueva.
Dos de éstos servían para almacenar el grano y el tercero para fermentarlo, según este estudio recientemente publicado.
El lugar donde se encontraban los crisoles sugiere que la producción de esta bebida estaba “aparentemente vinculada con ceremonias u otras formas de actividad social”, señala Nadel.
El artículo publicado junto a investigadores de la universidad estadounidense de Stanford, estas “innovaciones” se hicieron “varios milenios antes del comienzo del cultivo doméstico de grano en Oriente Medio”.
Los natufienses constituyeron el lazo entre el Paleolítico y el Neolítico, y concretaron el pasaje de la forma de vida de cazadores–recolectores a la de agricultores sedentarios establecidos en el Mediterráneo oriental.
Fueron “los últimos de la región en vivir de manera diferente a los habitantes de las aldeas con las que estamos más familiarizados”, afirma Nadel.
Los esfuerzos realizados para producir alcohol son indicadores de la importancia de esta bebida en su cultura, concluye.