Dos familias fueron de vacaciones a la bahía del Portitxol de Xàbia, en Alicante (España). Luis Lens y César Gimeno son cuñados y hacen esto todos los veranos. Pero nunca imaginaron lo que este verano traería consigo.
Una de las actividades de esparcimiento favoritas de Luis y César es el esnórquel: un deporte en el cual se utiliza un tubo para respirar por debajo del agua.
Ambas familias salieron juntas a dar un paseo en bote, una actividad que llevan a cabo casi a diario cuando están de vacaciones, informó un comunicado de la Universidad de Alicante.
De repente, sobre una roca en medio del mar, Lens vio un destello de luz y decidió acercarse para ver qué había allí. “Pensé que era una moneda de diez céntimos o una concha de nácar”, aseguró Lens, según recoge el medio local Alicante Plaza.
Pero al salir del agua, Lens y Gimeno descubrieron que su hallazgo no era para nada común: Se trataba de una moneda con un grabado romano.
Decidieron volver a sumergirse y en la segunda expedición volvieron a encontrar una moneda de las mismas características. “Sentimos que se cumplía el sueño que todos de niños hemos tenido de encontrar un tesoro”, aseguró César Gimeno.
Así, dieron aviso al Ayuntamiento local, que a su vez se puso en contacto con el Museo Soler Blasco de Xàbia. Es así que buceadores arqueólogos expertos de la Universidad de Alicante fueron hasta el punto para documentar lo ocurrido.
El resultado fue sorprendente: 54 monedas de la era romana, probablemente de los siglos IV o V.
Jaime Molina, profesor de Historia Antigua de la Universidad de Alicante y jefe de la expedición, dijo a El País que “no hay restos de barcos hundidos en la zona donde se encontraron (las monedas)”.
Es por esto que él piensa que “probablemente se trata de una ocultación voluntaria ante la llegada de los bárbaros“.