Unas 22 edificaciones patrimoniales del Centro Histórico de Ibarra están a punto de colapsar. Basta recorrer el centro de la urbe para ver cómo esos inmuebles, construidos a fines del siglo XIX y principios del XX, tienen las cubiertas caídas y los muros debilitados.
La Comisaría de Construcciones publicó, hace 15 días en los periódicos locales, una lista con los nombres de los dueños de esos edificios que están abandonados y corren el riesgo de desplomarse, a pesar de que son parte del Patrimonio Cultural de la Nación.
En 1999, el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) inventarió y declaró como patrimonio cultural a 210 inmuebles, 100 conjuntos urbanos (manzanas) y siete equipamientos urbanos de la capital imbabureña.
Pero en los últimos 12 años muchos de esos bienes patrimoniales desaparecieron por el descuido de sus propietarios y la negligencia de las autoridades, según el Movimiento Ciudadano de Ibarra, una organización que lucha por su preservación.
“A más de las casas averiadas, hay otras 15 que fueron derrocadas y remplazadas por edificios nuevos, violentando el espíritu de la Ley de Patrimonio Cultural”, asegura Martha Jáuregui, activista del Movimiento Ciudadano.
Una de esos casos, dice, es la obra que se construye en la calle Oviedo 4-21. Se trata de una edificación de hormigón armado en donde funcionará la Universidad Indoamérica. “Su diseño altera el paisaje de las casas vecinas de paredes de adobe, piedra y teja”.
Según Gioconda Benavidez, directora de Planificación del Municipio de Ibarra, esta construcción no tiene autorización. “Les hemos notificado. Les aprobamos unos planos y han hecho otra cosa”. Benavidez, quien dirige el Departamento de Planificación hace cuatro meses, asegura que el incumplimiento de los planos es un inconveniente común.
Pero quizá el problema más grave, considera, es que a los edificios patrimoniales se los destruye intencionalmente. Se retiran las cubiertas para que se acelere la destrucción; y con ello buscan que se les permita derrocar y construir edificaciones nuevas.
Eso ocurrió, precisamente, el 8 de agosto último, en la casa ubicada en la calle García Moreno 162. Damián Villegas denunció en la Comisaría de la Construcción que la propietaria de esa casa, Marcia P., retiró las tejas del techo para acelerar su destrucción.
Benavidez recordó que la administración municipal lleva apenas dos años y que el problema tiene una década. “Estamos trabajando en el tema. Por ejemplo, hay un proceso judicial contra Armando P., propietario de la casa que estaba ubicada en la equina de la Olmedo y Oviedo y que fue derrocada intencionalmente. Este caso está la Fiscalía”.
Paralelamente, el Municipio y la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica, de Ibarra, realizaron, hace dos meses, un censo para conocer la real situación arquitectónica y legal de los inmuebles patrimoniales y social y económica de sus ocupantes. “Con esta información presentaremos un proyecto al INPC para rehabilitar los inmuebles del Centro Histórico en conjunto con el Municipio y los propietarios”.
Pero los defensores de los inmuebles patrimonio creen que no se actúa con igualdad en todos los casos. Como ejemplo señala una casa a punto de desplomarse, ubicada en la calle Flores, que no aparece en la lista de notificaciones. Curiosamente ese inmueble pertenece al papá del director de Avalúos y Catastro del Municipio, Omar López. También se cuestiona que mientras a unos propietarios no se les permite mayores cambios en sus viviendas patrimoniales, a las obras estatales se les deja el camino libre.
Como ejemplo, Jáuregui señala la construcción del nuevo Registro Civil, en la calle Rocafuerte 884, en donde se derrocó completamente la estructura interior de este bien construido en 1920, para colocar una estructura metálica. Solo se respetó la fachada. Benavidez explica que los planos fueron aprobados por el INPC.
Punto de vista
Arq. Rebeca Medina, experta argentina en Patrimonio Construido
Un casco histórico que se mantiene homogéneo
El valor que encierra el Centro Histórico de Ibarra, en relación a otras ciudades patrimoniales de Ecuador, es que mantiene la homogeneidad en la mayor parte del casco histórico. Eso abre la posibilidad de orientar hacia un uso turístico a la urbe, especialmente en el centro.
Se puede hacer turismo de convivencia para explotar la belleza de las casas. Pero para ello hay que iniciar tareas de restauración, mantenimiento y difusión.