Para hablar del consumo de drogas hay que establecer las fronteras entre uso, abuso y adicción. Según Carlos Vallejo, coordinador de prevención y tratamiento de la Fundación Nuestros Jóvenes, la adicción es lo más preocupante porque es una enfermedad. “No se trata de fuerza de voluntad, porque la fuerza se acaba, yo siempre digo que más bien se necesita buena voluntad para dejar las drogas”, dice Vallejo.
Las campañas de prevención apelan al miedo y a la información. Dentro de esta última, a escala internacional, han existido iniciativas que optan por informar de los efectos y del peligro de mezclar sustancias. Pero las drogas siguen su camino y las artificiales (como las sales de baño) se usan en otros países como EE.UU.
Las autoridades de varios países pierden la dura batalla frente a estos productos, porque los fabricantes se blindan diciendo que indican en el envoltorio que es un producto “no apto para el consumo humano”.
Aquí el caso más parecido es el cemento de contacto que se vende para otros fines, sin embargo, es usado como una droga.
Vallejo sostiene que no hay control en la venta de esta sustancia y que hay tolerancia sobre las drogas legales como alcohol y tabaco.