Con gel antibacterial, uso obligatorio de la mascarilla, aforo limitado y distancia entre butacas. Así fue como el público regresó a la Cinemateca Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, que cerró sus puertas durante 18 meses desde el inicio de la pandemia.
La reapertura ocurre en medio de un cambio de administración que plantea una serie de desafíos y proyectos pendientes.‘Big Bang’, del cineasta ecuatoriano Wilson Burbano, fue el primer largometraje que se volvió a proyectar en la pantalla grande de la sala Alfredo Pareja tras el largo confinamiento.
Con esta función también se inauguró una nueva temporada del Cineclub de la Casa.Diego Coral, quien hasta el 15 de septiembre se desempeñó como director de la Cinemateca, explica que en medio de este punto de inflexión social era importante retomar la presencialidad con uno de los proyectos emblemáticos que se han sostenido en la Cinemateca, desde su fundación en 1981.
‘El retrovisor: El cine ecuatoriano refleja más de lo que parece’, como se denomina la nueva temporada del Cineclub de la Casa, estará dedicado al cine nacional contemporáneo. La programación incluye 19 de las cintas más representativas entre 1999 y 2019, escogidas a partir de una selección publicada en la revista 25 Watts.
Las cintas se proyectarán cada lunes, a las 18:00, hasta enero de 2022. Por el momento, el aforo de la sala Alfredo Pareja estará limitado a 80 personas.El confinamiento se convirtió en una oportunidad para potenciar la difusión del Archivo Fílmico en los canales digitales de la institución. Así nacieron proyectos como Contadores de películas, una nueva sección en la edición virtual del Festival Latinoamericano de Cine de Quito, o Evelina, una nueva plataforma virtual de la historia audiovisual ecuatoriana.
“El rito del cine, como una evolución del mito de la fogata, responde a la necesidad concreta del contacto humano”, dice Coral sobre la importancia de retomar la actividad cultural de manera presencial, sin descuidar el alcance y potencial de los canales digitales.Paúl Narváez asumió la dirección de la Cinemateca tras la salida de Coral.
El documentalista e investigador recibe el cargo con el propósito de dar continuidad a los proyectos más representativos e impulsar cambios que potencien el trabajo de la Cinemateca.
“El objetivo principal es cambiar el Archivo Fílmico al espacio que ocupaba la Biblioteca Nacional y, a largo plazo, lograr que la Cinemateca Nacional se convierta en una entidad autónoma, pero sin que deje de ser pública”, dice.
En el primer caso, el nuevo director explica que se necesita construir un ‘búnker’ que permita salvaguardar dos siglos de patrimonio fílmico nacional en mejores condiciones y continuar con los procesos técnicos de conservación.
La idea de darle autonomía a la Cinemateca, dice Narváez, cuenta con el respaldo del nuevo director de la Casa de la Cultura, Fernando Cerón, y también será puesta a consideración de 15 asociaciones vinculadas al sector audiovisual.
En el marco de la reapertura de la Cinemateca se mantendrá el programa del Cineclub.También se gestionarán de nuevo las muestras cinematográficas que se realizaban en conjunto con las embajadas y se reposicionará a la institución como sede de los más importantes festivales nacionales, eso incluye el Festival Latinoamericano de Cine de Quito, previsto para diciembre próximo.