La levotiroxina se utiliza históricamente para tratar las dolencias del hipertiroidismo, así como para tratar el cáncer de tiroides a través de terapias de yodo radiactivo. Estos medicamentos de tipo hormonal son útiles para reemplazar la hormona faltante en padecimientos de este estilo.
De hecho, el uso de estos fármacos resulta crucial ante los efectos nocivos de la ineficacia de hormonas que, en el caso de la tiroidea, puede resultar en crecimiento deficiente, falta de energía, estreñimiento, pérdida del cabello, dolor en articulaciones y periodos menstruales abundantes o irregulares.
Esta se toma vía oral y, por lo general, con el estómago vacío, para impulsar a una mayor absorción del fármaco. Si bien se empieza a ingerir de manera gradual, es recomendable que consulte a su médico para que este le recete la dosis adecuada para su tratamiento.
De lo contrario, podría padecer efectos secundarios o potencialmente graves si se pasa de la dosis adecuada.
Efectos secundarios de la levotiroxina
Según la Asociación Española de Pediatría, la levotiroxina podría tener efectos nocivos para la salud cardiovascular: (taquicardias, palpitaciones, arritmias) y a nivel del sistema nervioso central (insomnio, irritabilidad, dificultad para conciliar el sueño).
El sistema nervioso periférico también puede verse afectado con calambres, sudoración intensa e intolerancia al calor. Debe tener en cuenta que una sobredosis elevada del medicamento debe ser tratada por especialistas, quienes deben hacer seguimiento del paciente, pues los síntomas no aparecen hasta dentro de una semana de ser absorbida la medicación por el cuerpo.
Los tratamientos para hacer frente a esta sobredosis son la inducción al vómito y el lavado gástrico y la administración de oxígeno y ventilación asistida en caso de ‘shock’ o plasmaféresis, tratamiento por el cual se separar el plasma (parte líquida de la sangre) de las células sanguíneas.
Más noticias en:
Visita nuestros portales: