Andrés Calamaro desafió el confinamiento y la distancia impuestas por la pandemia con una reunión musical en la que se junta con un incomparable grupo de artistas para reinterpretar algunos de sus mejores éxitos. ‘Dios los cría’ es un álbum de 15 canciones lanzado en formato digital y físico a finales de mayo de la mano de Universal Music.
No es común ver en una portada nombres como Julio Iglesias, Raphael, Lila Downs o León Gieco junto al de Alejandro Sanz, Carlos Vives, Julieta Venegas, Sebastián Yatra, Juanes o Mon Laferte. En una entrevista con EL COMERCIO, Calamaro confiesa que aún le marea leer estos nombres juntos.
Los duetos dependieron de cada uno de los artistas que dispusieron su arte para el disco. La lista es corta, dice el argentino, comparada con la cantidad de colegas en los que se pensó para esta producción. Algunos son inaccesibles, otros estaban haciendo sus propios discos, giras o cumpliendo compromisos, también hay quienes prefieren no participar en discos plurales.
La mayoría de las letras son versos de puño y letra del artista que comparte generación y talento con Gustavo Cerati. Son canciones de un repertorio que ha ido expandiéndose desde sus primeros años en Los Abuelos de la Nada, seguido por su etapa con Los Rodríguez y también en su etapa como solista.
“Las canciones responden a la narración vital de los oyentes, de aquellos que las adoptan como propias”, dice el artista sobre la selección de temas. La quincena de canciones sigue un patrón musical en el arreglo de Germán Wiedemer para trío de piano con músicos agregados y dos guitarristas extraordinarios, líderes del arte flamenco.
Bajo esos criterios, canciones como Estadio Azteca (con Lila Downs), Flaca (con Alejandro Sanz), Tantas Veces (con Mon Laferte), Jugar con fuego (con Raphael), Tuyo siempre (con Vicentico) y otras que tuvieron una génesis roquera adoptan otra cadencia que se apega más al jazz, al bolero y al flamenco.
El ‘feeling’ surgió durante la gira ‘Licencia para cantar’ que se completó con 60 conciertos junto a un ensamble acústico. “Empezamos por las mismas canciones que interpretábamos en estos recitales, luego ya embarcados en los duetos, y con Carlos Narea en la producción, elegimos más canciones, pero siempre para grabar con el trío.
Toda una gira en formato reducido, y sin instrumentos eléctricos, templó el sonido hacia algo que empata con el bolero, el más lento de los géneros en la clave afro latina”. La música no distingue diferencias de edad ni generaciones, asegura el músico, compositor y productor de 59 años, que compara la atemporalidad de una buena canción con la obra de Pablo Picasso.
Con más o menos años de trayectoria, los invitados de Calamaro presumen talento. Las diferencias generacionales se desvanecen en el pulso emocional que se siente en la versión de Paloma junto a Sebastián Yatra, o en la de Bohemio con Julio Iglesias. “Algunos músicos maduran muy jóvenes y otros seguimos mejorando con el tiempo”, dice Calamaro.