‘Annabelle 3: viene a casa’ completa la trilogía de la terrorífica muñeca maligna

Entrevista a Judy Spera, cortesía Warner Bros.

El diablo andaba suelto, al menos hasta que Ed y Lorrein Warren lograron contenerlo dentro de una antigua muñeca victoriana, que hoy vuelve a ocupar un lugar central en ‘Annabelle 3: viene a casa’.
El estreno de esta película cierra la trilogía de la siniestra muñeca, y expande la mitología del universo cinematográfico Warren, que lleva seis años provocando sobresaltos en las salas de cine, en películas con distintos niveles de calidad y terror.
Hasta el día de hoy, Judy Spera, la verdadera hija de los Warren, recuerda la estricta advertencia de su padre sobre la vitrina que contenía a Annabelle, y que permanecía bajo llave en el sótano de la casa. En un video proporcionado por los estudios Warner, Judy admite el miedo que le provoca este misterioso objeto, al que no ha podido mirar a los ojos hasta ahora.

Video: cortesía Warner Bros.
Con la experiencia y la confianza de haber incluido su firma en los tres guiones de ‘Annabelle’, ‘La monja’ y los dos capítulos de ‘It’, Gary Dauberman asume por primera vez la dirección de un largometraje y vuelve a subir la cota de la franquicia. Sin rebasar el canon del terror y la impronta de la saga, el director pone en escena ciertas variaciones de la rutina patentada por James Wan, que resultan efectivas en términos de entretenimiento.
Cronológicamente, la película encaja en 1968, en el momento en que un par de enfermeras entregan la muñeca, que creían poseída por un fantasma, a Ed y Lorrein Warren. Sí, es una escena vista anteriormente como prólogo de ‘El conjuro’ (2013).
A partir de ese momento, ‘Annabelle 3’ empieza a llenar vacíos y completar el relato, que lleva a los famosos demonólogos a guardar la muñeca bajo llave, en una vitrina de vidrio sagrado, con la bendición de un sacerdote, en el cuarto de artefactos embrujados, que mantienen en su casa.
La cinta de Dauberman aborda el mundo paranormal que rodea a los Warren desde la perspectiva de su hija Judy (McKenna Grace), una niña que se siente cada vez más aislada de sus vecinos y compañeros debido a los prejuicios sobre el oficio de sus padres.

Video:cortesía Warner Bros.
El protagonismo femenino –que también hace acto de presencia en el cine de terror- se completa con Madison Iseman, en el papel de Mary y Katie Sarife, como Daniela, dos amigas que acompañan a Judy en casa, cuando sus padres la dejan sola y emprenden un viaje para atender un nuevo caso.
La música y los detalles visuales (vestuario y escenografía) irán sumergiendo al espectador en una época de vinilos, teléfonos fijos, patines clásicos, así como texturas y colores que mantienen la secuencia estética con el resto de películas de la saga.
Una vez que Annabelle es liberada de su confinamiento y su presencia despierta a otras oscuras fuerzas que empiezan a acechar a las jóvenes protagonistas, el filme sigue su predecible curso bajo la plantilla de la casa embrujada, pero al estilo del ‘Warrenverso’.
En ese sentido, el director optimiza las sombras y los silencios como recursos para construir los mejores momentos de tensión que tendrá la película, sin abusar de la animación digital o los desgastados acordes musicales que anticipan el golpe de efecto.
Las protagonistas, sobre todo Grace, hacen el resto dejando que el miedo que proyectan frente a la cámara se sienta como una reacción casi natural, mientras que una vez más, Annabelle casi que ni tendrá que moverse para avivar temores infundados.
Por otro lado, una serie de subtramas en las que no se profundiza sustancialmente, moderan la intensidad de la tensión, incluso con brechas de humor juvenil, logrando que cada nuevo susto se sienta más potente, en un ambiente que se siente cada vez más opresivo, aunque las presencias que invaden la casa no siempre pertenezcan al plano material.
Sin profundizar en cuestiones filosóficas o psicológicas, ‘Annabelle 3’ afina la fórmula de la franquicia para lograr su propósito como pieza de esparcimiento para los fans del terror más comercial y deja algunas semillas con las que podría seguir ampliando el ‘Warrenverso’.