Una zona con edificios de hasta 30 pisos, compacta, que ayude a que la ciudad no se extienda más hacia la periferia. Esa era la expectativa que la administración pasada tenía sobre el Bicentenario. Pero, para la actual, “esto es Quito y no Manhattan, donde es difícil lograr ese crecimiento vertical por falta de financiamiento”.
El Suburbio y sus inicios, allá por 1950. Los ramales del Estero Salado, cerrados por el crecimiento urbano. Y los cambios generados con el proyecto gubernamental Guayaquil Ecológico.
¿En qué momento de la transformación de los pueblos grandes en las ciudades que ahora conocemos se extravió la urbanidad? ¿En qué parte de ese proceso urbanístico se escondió la solidaridad ciudadana?
Encerrado por una selva de gigantes de hormigón armado y de pocos árboles naturales, el edificio parece un lunar de color en medio de tanto gris.
Los estudios elaborados por Metro Madrid para construir el tren subterráneo de Quito sugieren que la línea del Trolebús solo opere entre el sur y La Alameda. Es decir, que el tramo que pasa por la Av. 10 de Agosto debe salir de circulación.
Redacción Construir (I) Todos los ecuatorianos que han pasado la barrera del medio siglo de edad tienen gratos recuerdos del ferrocarril ecuatoriano. El ‘tren’ fue para varias generaciones sinónimo de regocijo, progreso y desarrollo. Y su ulular era aguardado con la ansiedad con la que se esperaba a quienes arribaban en él.
El mito de París como la ciudad ideal, mágica, platónica se construyó a partir de un sinnúmero de elementos, no todos fáciles de precisar. Pero Baudelaire aportó un acercamiento artístico a la ciudad que cambiaría para siempre la forma en que se vería París. En el XIX, el barón Haussmann efectuó una renovación de la ciudad sin parangón en la historia del urbanismo (redefiniendo incluso las bases de esta disciplina), y frente a esto el corazón del poeta se desgarraba, se inquietaba entre los sentimientos que la nueva transformada ciudad y la vieja le evocaban.
Cuando se afirma que la inseguridad diseña las viviendas actuales no se está diciendo solamente una frase de cliché o sobredimensionada; es la más absoluta realidad. Esta circunstancia urbana se hace más evidente en los barrios populares, donde los vecinos no pueden pagarse guardianías privadas ni cercas eléctricas ni cerramientos amurallados. Los casos son moneda corriente en los noticieros diarios. ¿Qué hacer para frenar esa avalancha delictiva? Pues, además de las acciones policiales pertinentes, mejorar las condiciones del hábitat a todo nivel. No queda más. Según los entendidos en psicología ambiental, los delitos contra las personas son más frecuentes en las áreas más deprimidas; mientras los delitos contra la propiedad son más propios de las zonas comerciales y de nivel residencial socialmente más elevado.
Su desarrollo se inició hace 30 años. El transporte público eficiente y sus parques son dos logros.
Las ordenanzas que permiten la construcción de las plataformas gubernamentales Productiva y de Gestión Financiera fueron aprobadas por el Concejo Metropolitano, el jueves pasado. Ambas conllevan cambios relacionados con la movilidad y el uso y la construcción de áreas públicas.
En la arquitectura, la concepción bipolar (sí-no; blanco-negro; individuo-grupo) primó por mucho tiempo. Y aún tiene fuerza.
En no más de siete cuadras, en la calle Tamayo, en el centro norte de la urbe, las casas de tejado, de dos y tres plantas, van desapareciendo para dar paso a edificios de entre ocho y 12 pisos. En sectores como La Mariscal, González Suárez, Bosmediano y La Carolina, Quito crece hacia arriba.
En cuestiones de arquitectura y urbanismo, la moda sí incomoda. Ya se trate de ‘high tech’ o de sostenibilidad, los dos todopoderosos parámetros en los que se desenvuelven estas disciplinas en la actualidad, existen factores determinantes que las contextualizan. El primero y más importante, obviamente, es el dinero. No hay ecología sin economía, peor alta tecnología, más conocida en los círculos concéntricos de la arquitectura como ‘high tech’. De hecho, construir una casa, un edificio o un parque cuesta plata. Por esa razón, quienes desean una arquitectura sostenible deberían tener siempre presente el imperativo cliché de la campaña presidencial de Bill Clinton en 1992, ideada por el politólogo James Carville. ¿Qué decía la famosa frase? Cuatro lapidarias palabras: ¡Es la economía, estúpido! Por eso, desdeñarla solamente conduce a la inoperancia y a la frustración. ¿Cómo frenar ese despilfarro económico y urbano? Las ciudades deben parar su crecimiento horizontal hacia las periferias,
En la construcción es un axioma que a veces tarda pero llega: a períodos de retracción económica siguen lapsos de euforia, con ingentes inversiones por parte de constructores, promotores y entidades estatales. Cuando esta euforia está desatada se levanta todo tipo de edificaciones. El problema es que, al contrario de las otras artes plásticas en las cuales los trabajos inservibles o mal hechos se pueden arrumar, o botar, con las arquitectónicas no pasa eso. El único recurso que queda para borrar de la faz de la tierra un edificio feo y antifuncional es derrocarlo; pero esto casi nunca sucede. ¿Por qué? Porque hay mucho en juego: las grandes sumas de dinero que cuesta levantar uno y la tentación que significa para los arquitectos la posibilidad de llevar adelante una obra de gran dimensión. Entonces, la ciudad debe acostumbrarse a su mala presencia, la cual puede ser nefasta para el paisaje urbano y para la sociedad. A esto hay que agregar los inmuebles viejos y subutilizados.. ¿Hay alg
Los estudios geológicos lo confirman: el suelo del norte y Centro de Quito es resistente y tiene la capacidad para soportar estructuras altas y de peso. La revelación es de Jorge Valverde, especialista en suelos de la Politécnica Nacional.
Gonzalo Sevilla Naranjo, Ovidio Wappenstein y Diego Ponce diseñaron y edificaron los ‘rascacielos’ de la CFN, Cofiec, Consejo Provincial y Benalcázar 1000. Aquí sus testimonios.
El parque central de Coca, en Orellana, se hizo pensando en el contexto natural en el que se desarrolla la ciudad. Otra de las razones fue la necesidad de construir un sitio verde en un área urbana donde prima el concreto.
Los atractivos que ofrece al residente el nuevo parque central de Coca se dividen en tres grandes vectores: los juegos infantiles, la plaza cívica y los espacios verdes.
Los colores tierra envuelven el nuevo centro comercial, levantado a un costado de la av. León Febres Cordero, en el km 18 de la vía a Samborondón.
Franklin Torres, lojano de 38 años, llegó de España en el 2009, donde vivió por 10 años. Uno de sus objetivos allá fue trabajar y ahorrar para adquirir una vivienda en su terruño.