Cercas vivas custodian los bordes de los terrenos de 30 familias de la comunidad Shanaycun, situada en Pungalá, a una hora de Riobamba. Allí los agricultores se sumaron a un proyecto de cuidado ambiental para proteger los páramos y las vertientes de agua que les abastecen a ellos y a varias comunidades cercanas.
Cotopaxi lidera la creación de la primera mancomunidad de manejo de los páramos y humedales andinos, para conservar las fuentes de agua. La carta de intención se firmó en abril del 2017 y se ratificó en abril de este año.
Recorrer los páramos andinos para demostrar la fortaleza que poseen los caballos criollos ante condiciones extremas es lo que motivó a César Asipuela para explorar nuevas rutas ecuestres en la cordillera ecuatoriana.
La vida retorna lentamente a los páramos de Santa Teresita de Guabug, una de las comunidades más afectadas por los incendios del 2015, en la Reserva de Producción de Fauna Chimborazo.
Para las 42 comunidades que habitan en la Reserva de Producción de Fauna Chimborazo, este será un año histórico. En junio se iniciará el proyecto de explotación de lana de vicuña, el objetivo final de una iniciativa ambiental que se inició hace casi 19 años.
Más de 500 personas acudieron este sábado 22 de octubre a la sesión de la Cámara Provincial del Azuay, que se cumplió en Quimsacocha. Allí, por unanimidad, se declaró libres de minería metálica a los páramos de la provincia.
Una especie de sapo que se creía extinta desde hace 28 años reapareció. “Es un resurgimiento inesperado y trascendente, una inmensa sorpresa para la academia y la gente común, especialmente para aquella que valora la vida en su formas más humildes”, escribió Luis Coloma, experto en el jambato negro, en un artículo que conmemora el redescubrimiento.
Los técnicos del Ministerio del Ambiente en Chimborazo prepararon, este 23 de febrero del 2015, más controles con los guardaparques de la Reserva de Producción Faunística Chimborazo y del Parque Nacional Sangay, para evitar más incendios forestales.
Siete páramos de Colombia, Ecuador y Perú buscarán ser preservados tras la firma este martes (17 de febrero de 2015) en Bogotá de un proyecto conjunto con la Unión Europea (UE), que contempla una inversión de más de 6,2 millones de euros (USD 7,1 millones) para conservar estas importantes fuentes hídricas.
A cada paso que se da, las botas de caucho se hunden 20 cm. Es como pisar una gigante esponja húmeda cubierta de vegetación. Son los páramos de Tungurahua. Allí, la cantidad de agua que se almacena abastece a 280 familias y a otras que viven cerca del canal de riego Cunuyacu-Chimborazo. En total son 10 000 beneficiarios.
Nubes, llovizna, pajonales y frío lo han convertido en un lugar poco habitado y de aspecto improductivo; pero no es así. Las pequeñas plantas del ecosistema páramo, único en Colombia, Venezuela, Perú, Costa Rica y Ecuador, albergan vida porque en sus hojas reposa y se almacena agua.
Conseguir agua para regar los sembríos y para beber, en Tungurahua no depende solo de los nevados que le rodean como el Carihuayrazo y el Chimborazo. La población de esta provincia se abastece de los páramos andinos que circundan a los cantones tungurahuenses. Las montañas del noroccidente y sur de Ambato presentan una cobertura vegetal esponjosa, que los indígenas la denominan Tumbuso. Los técnicos prefieren llamarla almohadilla. Cuando se camina por estos fríos parajes, parece que se desplazara sobre en una gigantesca esponja húmeda. A cada paso, los pies se hunden en esta extensa alfombra verde cubierta de este tipo de vegetación andina. Para el guardabosques nativo, José Antonio Sisalema, el tumbuso retiene el agua. En tiempo de sequía, esa planta le devuelve a la naturaleza, a través de la evaporización, el líquido con las precipitaciones pluviales en la zona. Sisalema cuenta que el tumbuso estuvo a punto de desparecer, porque los habitantes de esas localidades pastaban el ganado