El páramo es una reserva natural de agua que requiere cuidados

Comuneros de la localidad Chorrera Mirador Alto, en Riobamba, se refrescan con agua del Chimborazo luego de su jornada de pastoreo. FOTOS: EDUARDO TERÁN/EL COMERCIO

Comuneros de la localidad Chorrera Mirador Alto, en Riobamba, se refrescan con agua del Chimborazo luego de su jornada de pastoreo. FOTOS: EDUARDO TERÁN/EL COMERCIO

Nubes, llovizna, pajo­nales y frío lo han convertido en un lugar poco habitado y de aspecto improductivo; pero no es así. Las pequeñas plantas del ecosistema páramo, único en Colombia, Venezuela, Perú, Costa Rica y Ecuador, albergan vida porque en sus hojas reposa y se almacena agua.

A 3 800 metros de altitud está la comunidad Chorrera Mirador Alto, en Riobamba. Ahí las casas de los comuneros aún conservan su estructura ancestral. Muchas de ellas están cubiertas con paja, vegetación endémica de la zona. El último miércoles, Jorge Campaña, coordinador del proyecto Comunidades de Páramo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) visitó esta localidad en la que se ejecuta un programa de conservación.

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Mientras saludaba con los comuneros y se alistaba para una caminata de 45 minutos, el biólogo explicó que este tipo de ecosistemas se ubican sobre los 3 500 y 4 500 metros sobre el nivel del mar. Otro dato: el páramo infiltra toda el agua posible, la retiene y la dosifica a los caudales hidrológicos. "Al páramo se le considera una esponja natural, porque pueden mantener hasta 200% de agua. Cuando deja de llover, la vegetación libera este líquido poco a poco y así no se reducen los caudales en época de verano".

Una de la razón de emprender iniciativas de conservación fue porque en el país, el páramo está en riesgo debido a las actividades económicas que se desarrollan en estos espacios: ganadería y agricultura.

Por ello, en esa localidad la ONG Eco-ciencia, a la que también pertenece Campaña, trabajó en un proyecto para remplazar ovejas e introducir alpacas. Esto porque en esa zona habitaban más de 200 ovejas, las cuales por tener cascos en sus patas compactaban las almohadillas del páramo, impidiendo de este modo el almacenamiento natural del agua.

Ahora, en la comunidad, por la que cruza una quebrada del río Chimborazo, casi no se ven ovejas . Estas fueron reemplazadas por 140 alpacas que en lugar de cascos tienen pezuñas. Eso minimiza el impacto ambiental.

En el Ecuador hay 1 500 000 hectáreas de páramo. De estas, un 35% pertenece a áreas protegidas. Unas pocas están muy alejadas de las zonas pobladas y la gran mayoría se encuentra amenazada por el pastoreo, el cambio climático, las quemas y la ampliación de la frontera agrícola. Los científicos que investigan este tema lanzan las alertas de forma permanente.

Precisamente un estudio realizado por la organización ambiental WWF (especializada en conservación de la biodiversidad) indica que la reducción del tamaño de los páramos podría afectar a los suministros de agua, que ya se encuentran bajo amenaza. Esto, debido a otros factores como el derretimiento de los glaciares y a los cambios en la agricultura.

Frente a ese posible riesgo, la gente de Chorrera Mirador ha reducido sus actividades agrícolas y ganaderas en los páramos. El comunero Olmedo Cayambe explica que han puesto en práctica las explicaciones técnicas y ahora siembran solo hasta los 3 500 metros de altitud y el ganado pastorea, máximo hasta los 4 000 metros. "De ahí, todo el páramo está intacto para que nunca nos falte el líquido de la vida".

En esta zona, después de los 3 000 metros de altitud la vegetación tiene la característica de almacenar agua, como una esponja la absorbe, y luego esta se escurre en busca de los afluentes naturales para luego alimentar a ciudades como Riobamba, Guano, Mocha, Tisaleo, Ambato y Guaranda, en la región Sierra.

En contexto

Hace 22 años, la Organización de las Naciones Unidas, declaró al 22 de marzo como el Día Mundial del Agua. Con ello se invitó a todos los países a trabajar en la conservación y en el desarrollo de los recursos hídricos y los ecosistemas.

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