En medio de la violencia de la conquista española, a 500 días del asesinato de Atahualpa en Cajamarca, se estableció el 6 de diciembre de 1534 la villa de San Francisco de Quito. Semanas después, los codiciosos conquistadores asesinarían a varios capitanes incas, entre ellos a Rumiñahui, luego de torturarlos para que revelaran los escondites de las supuestas riquezas que tenía el Quito de entonces.
El pesebres del monasterio del Carmen Bajo es uno de los más llamativos de la Escuela Quiteña con 200 años de historia.
Sor Angélica, ganadora del programa ‘La Voz Italia’, no es la única que deja por sentado la capacidad artística que esconden cientos de religiosas entre los muros de monasterios y conventos católicos alrededor del planeta.
Quito no podía quedar atrás en la celebración de los 500 años de nacimiento de Teresa de Cepeda y Ahumada, mejor conocida como santa Teresa de Jesús. Por una parte, esta ciudad posee en su Centro Histórico dos conventos creados bajo los preceptos espirituales de la santa española: el Carmen Alto y el Carmen Bajo. A esto se suma el hecho de que desde aquí se financió parte del proyecto religioso realizado por la fundadora de las Carmelitas Descalzas durante la segunda mitad del siglo XVI.
Los primeros monasterios femeninos de Quito aparecieron a finales del siglo XVI, con la finalidad de que las mujeres -principalmente las de clase alta- sean educadas bajo las pautas hispánicas, y para protegerlas del desamparo, la pobreza y la inseguridad. Uno de ellos es el Carmen Alto y el martes cumplirán 361 años.