Los primeros monasterios femeninos de Quito aparecieron a finales del siglo XVI, con la finalidad de que las mujeres -principalmente las de clase alta- sean educadas bajo las pautas hispánicas, y para protegerlas del desamparo, la pobreza y la inseguridad. Uno de ellos es el Carmen Alto y el martes cumplirán 361 años.
La comunidad de las carmelitas descalzas habita en el monasterio ubicado en las calles García Moreno y Rocafuerte. Por la conmemoración, se realizará una eucaristía y un concierto de villancicos, a las 08:00. Posteriormente, la actividad se trasladará al Museo del Carmen Alto, donde se presentará el Grupo de Danza Folclórica de 60 y Piquito. A las 11:00, se realizará una conferencia sobre El legado espiritual carmelita, con la participación de Adriana Pacheco, historiadora y Leonardo Zaldumbide, doctor en historia de las artes.
Este mes se efectuarán otras actividades para que el público conozca detalles sobre la vida cotidiana de las religiosas. En el museo, inaugurado a finales del 2013, se puede conocer representaciones de las celdas de las madres.
Según datos del Museo del Carmen Alto, el 4 de febrero de 1953 arribaron a Quito las primeras madres carmelitas, procedentes de Lima. Luego de un viaje de varios meses, se instalaron detrás del convento de La Merced y, posteriormente, se trasladaron a la casa del familia de Santa Mariana de Jesús que, más tarde, les fue donada por el capitán don Juan Guerrero de Salazar, sobrino político de la santa de la capital.
Actualmente, la comunidad del Carmen Alto está integrada por 21 monjas, siguiendo la regla de Santa Teresa de Jesús, fundadora de la Orden Carmelita Descalza.
Las madres venden los productos que elaboran durante su vida de oración: cremas, vinos, dulces, entre otros artículos se pueden encontrar por el ingreso de la Benalcázar.