Cuando un gobierno multiplica condenas a los que no ven las cosas del mismo modo o revelan hechos que le contradicen, es signo de que se agotan sus ideas.
Otra vez Ecuador debatirá sobre herencias y desigualdad social ante la intención gubernamental de legislar sobre la transmisión de la propiedad.
El Gobierno tiene toda la razón sobre la necesidad de contrarrestar el desorden de los asentamientos humanos, de casas construidas sin bases sólidas y en cualquier sitio, como en los lugares de riesgos naturales, de ciudades que se esmeran en atentar a la estética con casas de todo modelo juntas, sin perspectiva urbanística ni las condiciones indispensables de infraestructura. Es indispensable poner orden en ese mundo de especulación y de tráfico de todo aprovechándose de la necesidad de tener vivienda.
jleon@elcomercio.org El Gobierno anunció la concesión de puertos y la venta de empresas “estratégicas” (hidroeléctricas). ¿Qué puede vender o no el Gobierno y a dónde y cómo puede participar el capital foráneo?
Vivir un desastre, una vez pasada la parte crítica, es definir un renacimiento, del espacio de vida pero también de las relaciones con los demás, sino se produce un sismo social de largas y negativas consecuencias. En las reconstrucciones exitosas al menos dos factores son decisivos. La participación masiva de la población, con un gobierno que motiva y coordina; así como la transparencia para convocar a la gente y no suscitar dudas en el uso de los recursos o sobre lo que se hace, sino crear confianza. La reconstrucción debería ser un acto colectivo compartido por todos, para reforzarnos como sociedad y lograr éxito. Un renacimiento es volver a dar sentido a las relaciones con los demás, al tipo de sociedad que se quiere. En la reconstrucción ya debería estar presente el tipo de sociedad que se busca. El Gobierno va en sentido contrario, siembra dudas e incertidumbre. Le gusta comandar y que los demás obedezcan; por eso, se centra en la propaganda. Testimonios y noticias gubernamentale
La pérdida de legitimidad del Gobierno aparece en la desconfianza que suscita para el manejo de los recursos para la reconstrucción posterremoto.
El mundo parece derrotarse con la corrupción. Los ‘Papeles de Panamá’ así lo revelan. Correa aparece indemne hasta ahora, en el ámbito internacional, con los uruguayos, mientras todos los presidentes de izquierda están inmiscuidos en corrupción. Ello a pesar de que defendió a Pedro Delgado. A pesar también de la ‘judiciopolítica’, al perseguir a la prensa que mostraba hechos comprometedores, con una justicia nada independiente y, aún más, exigiendo exorbitantes pagos de dinero.
Como en la TV, nos dirigimos a más violencia y acaso una guerra sin fin. No es garantía de éxito que los países más poderosos en armas, economía y conocimiento intervengan con el Ejército, pues ahora el odio se consolida, tiene justificativos y voluntades para que las políticas racionales no pesen, sino la venganza o el encerrarse en sí mismos, negando el derecho a la existencia del “otro”.
Poco ha durado la idea que Ecuador llegaba o ya estaba en el “primer mundo”. Ahora es el aterrizaje en lo mismo de ayer con la legitimidad de un gobierno que rechaza la explotación y promueve igualdad social.
El poder tiende a ser narcisista. El político está en la mirada y atención de los demás, se enamora así de la vanagloria. En filosofía política, no por azar, se insiste que la virtud de los estadistas es la humildad. Pero no ponerse en la cima del mundo y vivir en la realidad no es de la mayoría de políticos, menos aún de los electos por la magia de los medios con las imágenes de mercadeo y no por conocimientos o capacidades de gobierno.
Los militares son obedientes, no deliberantes, recuerda el Gobierno y concordamos. Más democratización implica que los militares no deciden de política y se profesionalizan en sus funciones de defensa y seguridad. Obedecen la Constitución, no posiciones partidarias.
Si usted fuera la madre gestante o el padre progenitor de un futuro bebé con microcefalia, un cerebro reducido, que no tendrá autonomía, ¿quisiera que nazca o que mejor no llegue a término? La pregunta es clave por los casos de zika que traerán vidas sin futuro, con graves problemas neurológicos y poco desarrollo intelectual. Probablemente, será algo así como una vida vegetativa, una tortura de por vida para los padres. ¿Vale la pena tener una hija o un hijo en tales condiciones? La sociedad, ya pobre, incrementaría la desgracia con miles de vidas así.
Los“factores externos” se han vuelto la explicación clave de la compleja situación económica que vive el Ecuador. La crisis, en suma, no es fruto de la gestión del Gobierno sino de “factores externos”. Consiguientemente, el Gobierno sería irreprochable y trabajaría para frenar desgracias que el mundo externo impone.
Se escapó el 2015, veloz, precisamente porque los hechos vividos han sido intensos. Ha sido un año de vueltas de página en la política, sociedad y economía, posiblemente en todos los ámbitos. Fueron cambios anunciados, el 2014 los intensificó.
Laestrepitosa derrota electoral del chavismo es un claro declive del ciclo de izquierda en América Latina. No fue solo un voto castigo sino una demanda de cambio. En varias elecciones anteriores, ya hubo indicios, como la reducción del voto de sectores sociales “seguros”. No fue por razones económicas, cuanto por el cansancio del lado populista o del autoritario y centralista, una lasitud por el regreso de lo de antes: corrupción o abusos del poder concentrador. Uruguay hace excepción por sus sólidas instituciones políticas y la renovación democrática del pluralista Frente Amplio.
Alianza País sigue siendo la fuerza política más poderosa del país y que en los sondeos se les acuerde no menos de 25% de votos para sus eventuales candidatos, generalmente sin encantos de comunicación y muy pocas habilidades para la gestión política, es ya un éxito difícil de superar. Tiene ventajas a menos que AP persista en su pasado caudillista, sin darse cuenta que si quiere pervivir con influencia y tener incidencia en el futuro, sin Correa a la cabeza, debe renovarse en sus discursos y comportamientos, y dotarse de un programa que al fin le de identidad.
Es difícil creer o saber lo que realmente piensa o simplemente propone Rafael Correa. Es experto en globos de ensayo o propuestas que sirven un rato, luego con el sistema de propaganda justifica cambios a conveniencia.
jleon@elcomercio.org Las crisis, las económicas las primeras, apagan ilusiones y hacen perder el sentido de la acción, cuando uno no se sitúa en los hechos y tiene el coraje de enfrentarlos. En el mundo internacional, en particular, puede ser el sálvese quien pueda. Cuando al contrario, el mejor medio de enfrentar las dificultades es la unión y las soluciones compartidas.
La política como competencia para representar a la población está en crisis, en la cual la democracia tiene cierta vigencia. Los partidos políticos lo saben y son responsables de que muchos desconfíen de la política. Entre otros problemas está que se ha banalizado a las ideologías; ya no se sabe quién es quién ni para qué pueden servir.
Una causa social con fundamentos difícilmente se la puede parar, aún más si hay una consciencia colectiva, a menos de incrementar el conflicto y posponer así los resultados.