El sábado, en la víspera del Informe a la Nación del Presidente escribí: “Estoy en retiro espiritual para rogar que el informe del presidente Correa a la Nación de mañana se ajuste a la verdad, esté exento de injurias, insultos, calumnias y mentiras, que nos hable a todos los ecuatorianos como un estadista y que se olvide que es presidente solo de su grupo, Alianza País, sino de todos.
En su informe a la Nación, la economista Nathalie Cely, ministra coordinadora de la Producción, Empleo y Competitividad, señaló que “nuestras exportaciones llegan a más de 150 países”.
Recorriendo el dial de las emisoras FM, el pasado 24 de mayo, encontré que todas, salvo tres, estaban encadenadas transmitiendo el jolgorio en que se ha convertido el mensaje a la Nación del Jefe de Estado.
Este miércoles 27 de mayo a través de los 760AM de Radio Quito y 90.9 FM de Radio Platinum, estará el catedrático universitario, Iñigo Salvador, quien desde las 07:05 analizará el Código de la Economía Social y del Conocimiento e Innovación.
Desde que llegó Rafael Correa a Carondelet, cada uno de sus discursos a la Nación dieron algunas sorpresas. Así como el del último 24 de mayo, donde anticipó cambios a los impuestos por herencia y la plusvalía, desde el 2008 siempre hubo algún anuncio que sorprendió y puso a hablar a la opinión pública nacional.
La democracia de la confrontación y demostrar su fuerza política intacta fueron los ejes fundamentales. Por más de dos horas -si se suman sus dos intervenciones- el presidente Rafael Correa rindió su Informe a la Nación el domingo pasado, tal como lo pide la Constitución, ante la Asamblea Nacional.
Marcelo Larrea, coordinador de Democracia Sí, cuestionó este lunes 25 de mayo que ayer en el Informe a la Nación el presidente de la República, Rafael Correa, no expusiera la “magnitud real de la deuda externa y en qué medida Ecuador ha comprometido la producción petrolera y los recursos de la nación. Lo que se escuchó en la Asamblea fue un autodeslumbramiento por las obras que Correa hace todos los días”.