El Informe a la Nación
Recorriendo el dial de las emisoras FM, el pasado 24 de mayo, encontré que todas, salvo tres, estaban encadenadas transmitiendo el jolgorio en que se ha convertido el mensaje a la Nación del Jefe de Estado.
Y no me quedó otra alternativa que escuchar por alrededor de 15 minutos el indicado espectáculo. En ese corto tiempo se dieron al menos 20 aplausos de sus fanáticos y seguidores por cualquier frase que expresaba el orador.
Me he convencido, una vez más, que es indispensable impedir la reelección indefinida. Dicho de otra manera, hay que mantener la norma constitucional que permite una sola reelección del Presidente de la República. Y esto no solo porque la alternancia es elemento constitutivo de la democracia, sino porque al cabo de 8 años y 5 meses de ejercicio del poder y faltando solo dos años para que concluya su período final, en lugar de un estadista que una a la nación, se escuchó al gobernante pendenciero que no puede abandonar los adjetivos y la descalificación.
Torpezas, mediocridad, corrupta, fueron expresiones en esos 15 minutos. Junto a invocar a la señora Cristina Fernández “gran presidenta y extraordinaria amiga” como ejemplo de gobernante latinoamericana. Esto, mientras Argentina se debate en aguda crisis, ha dejado de ser la tercera economía en América Latina y enfrenta el masivo rechazo al aumento inusitado del patrimonio de la señora Fernández, en el período en que se han turnado en el ejercicio del poder con su fallecido marido Néstor Kirchner.