Están equipados con cascos y chalecos fosforescentes que resaltan en medio de las ruinas opacas de la zona cero de Portoviejo. Conducen pesadas excavadoras, de extensos brazos metálicos que derriban enormes edificios, piso por piso, en solo horas.
El Instituto Metropolitano de Patrimonio se encuentra realizando una inspección de todas las edificaciones de Quito que forman parte del inventario de inmuebles históricos a preservarse.
Los geólogos lo saben bien: cada región, zona o ciudad tiene diversos tipos de suelo. ¿Un ejemplo? El Centro Histórico de Quito se asienta en un suelo de buena calidad (cangagua), aunque los rellenos de las 17 quebradas que lo cruzan tienen suelos blandos y poco compactos, potencialmente vulnerables a los sismos.
Tras el terremoto, no solo se perdieron 660 vidas (hasta el cierre de esta edición) y miles de edificaciones. También se debilitó el ánimo de los ecuatorianos, especialmente en las zonas más afectadas.
Siempre hay justificación para los errores, culpando a otros. En el caso del terremoto, uno de los supuestos “culpables” es la construcción con materiales deficientes, a veces sin estudio previo.
Con la destrucción del 80% de edificaciones de Pedernales- el cantón manabita más afectado por el terremoto- se confirmó una vez más la mala práctica constructiva y el exceso de confianza en no profesionales.
El sismo de 7,8 grados que se sintió en la mayor parte del Ecuador la noche del 16 de abril, sacó a la luz la vulnerabilidad de las construcciones en el país. Las primeras imágenes de Pedernales, Jama, Canoa y Portoviejo, muestran que edificios de más de cinco pisos quedaron en escombros, mientras otras viviendas sufrieron daños menos intensos. En Quito, seis viviendas fueron afectadas, pese a estar ubicadas a 173 kilómetros del epicentro, tres estaban en San Martín de Porras, una en Nueva Aurora, una en El Beaterio y otra en La Merced.
Tosiendo por la cantidad de polvo, sintiendo las vibraciones por las excavaciones, y viendo las megaconstrucciones que son las plataformas gubernamentales en la avenida Amazonas en Quito, uno no puede dejar de sentir indignación por el tremendo malgasto de estas estructuras que también son representativas del comportamiento general del gobierno central. El futuro de estas estructuras parece ser el abandono ya que pretenden almacenar a un aparato burocrático insostenible.
Cecilia de Coronel está convencida de que su devoción a la Virgen del Carmen obró a su favor. La estampa de la Virgen en colores sepias fue uno de los pocos objetos que permanecieron colgados en las paredes del dormitorio que comparten Coronel y su esposo, en la planta alta de una vivienda de construcción mixta, levantada hace más de 50 años en la esquina de las calles Del Ejército y Bolivia, en el centro-sur de Guayaquil.
Hay edificaciones hechas para trascender; para marcar un hito arquitectónico y prolongarse en el tiempo como un ícono de la ciudad en donde se levanta.
La inmensa mayoría de los seres humanos es creyente. Por eso, la arquitectura religiosa tiene gran trascendencia , pues levanta los templos donde se rinde culto a esos dioses.
Vivir en condominio es una cosa complicada. Las quejas, reclamos, peleas entre vecinos -ya sea por asuntos importantes o por banalidades- es constante y altera la interrelación entre los condóminos.