A los cultivadores de la gramínea no les satisfacen los USD 2 de ganancia que les queda tras la cosecha por cada quintal.
El reto de los agricultores es producir más alimentos para una población que crece de manera constante. Sin derrochar los recursos naturales.
Su jornada normalmente empieza a las 05:00. Después de hacer el desayuno para su familia, Blanca Basantes salió vestida con su saco de lana y una cobija amarrada en la cintura, para recoger lo poco que quedó del maíz duro en su huerto.
Las pambamesas que se comparten después de las mingas y en los eventos comunitarios especiales incluyen frutas, alimentos andinos y chicha de jora. La comida se coloca sobre ponchos y rebozos que se tienden en el piso, y se considera un momento importante en la convivencia de la comunidad.
Las constantes transformaciones tecnológicas han trastocado de muchas maneras la vida de los campesinos, incluso en aspectos tan cotidianos como la consulta de la hora. En muy pocos lugares se mantiene la práctica de constatar el paso de las horas basándose en la trayectoria del sol.
Cada domingo, los exteriores del mercado municipal de Pucará, en la provincia de Azuay, se llenan de agricultores y emprendedores que venden e intercambian –de forma directa- sus productos.
Sembrar plantas frutales entusiasma a los habitantes de 68 comunidades de Chimborazo.
La cosecha de invierno arrancó en el Litoral. En Los Ríos -principal zona maicera del país- se empezaron a detectar los daños que dejaron las plagas y las inundaciones. En la comunidad Agua Fría, ubicada en Ventanas (Los Ríos), Guillermo Vizcarra está por concluir su jornada de trabajo. De las 06:00 a las 11:00 cosecha entre 8 y 10 quintales de maíz.
Agua de lluvia y del río Napo son las fuentes de este líquido vital para las familias que habitan en la zona rural del cantón Loreto, en la amazónica provincia de Orellana. Pero desde el pasado viernes 6 de enero del 2017 no pueden utilizarla tras las intensas lluvias que inundaron una comunidad y algunos barrios pequeños.
“Uno de los mayores problemas de la antropología social es que muchas veces prescinde de la historia documental y solamente confía en la tradición…” (Francis Perea, 2010: p, 18).
La producción de los granos para la preparación de la fanesca, iniciando esta Semana Santa, no escaseará en el mercado nacional. Pese a que el sector agrícola se vio afectado por la caída de ceniza por la reactivación del Tungurahua y una prolongada sequía en Tungurahua, Chimborazo, Cotopaxi e Imbabura habrá una abundante producción.
Científicos en Estados Unidos sostienen que la extensión de las tierras de cultivo y la frecuencia de las cosechas influyen en la producción agrícola cuando esos dos factores se ven afectados por el cambio climático, según revela un estudio publicado el lunes 7 de marzo de 2016 por la revista Nature.
A bordar los problemas que ocasiona el extractivismo a escala mundial de una forma poética fue lo que impulsó a Sofía Acosta, ‘La Suerte’, a montar ‘Esencial’, la muestra que se inaugura hoy, 12 de enero de 2016, a las 19:30 en la galería El Conteiner.
En los silos de las piladoras asentadas a lo largo de las carreteras que conducen a los cantones Jujan (Guayas), Babahoyo y Quevedo (en Los Ríos) se espera con avidez la cosecha de invierno de arroz, la primera y más rendidora del año.
Cremoso, de sabor entre dulce y salado y de aroma penetrante. Así es el maní, uno de los granos autóctonos de América del Sur.
Los campesinos cubanos, privados o estatales, podrán vender por primera vez en décadas sus cosechas directamente a hoteles y otras empresas de turismo, según una reforma que entrará en vigor en diciembre, anunció hoy el diario oficial Granma.