Jorge Suárez comenzó a experimentar, en sus plantaciones de arroz, con la siembra de maíz. El 2021 arrancó con este proyecto al sembrar cinco hectáreas en su hacienda La Palestina, del cantón del mismo nombre, en la provincia de Guayas.
Está alegre porque, en la cosecha de junio de 2022, logró un buen rendimiento. Ahora quiere incrementar el número de hectáreas cultivadas en sus tierras. Considera que es uno de los productos de mayor rendimiento y de más alto costo en el mercado nacional. Esto debido a la alta demanda de las empresas avícolas y de balanceados.
Las hectáreas sembradas de maíz están en aumento a escala nacional. De acuerdo con la Encuesta de Superficie y Producción Agropecuaria, la siembra de maíz duro en el 2019 fue de 274 465 hectáreas (ha), en el 2020 subió a 365 725 ha y en el 2021 aumentó a 373 587 ha.
“El Ecuador produce poco maíz y lo importa para cubrir la demanda. Por eso no ha bajado en su precio”, dijo Suárez.
En el caso de los arroceros, en cambio, producir un quintal bordea los USD 29 y se lo vende en USD 31, es decir, les queda un margen mínimo de ganancia.
Suárez, por ejemplo, está preocupado por los altos costos de los abonos y de la urea. Esto impide que se aplique un 100% de los insumos desde la siembra hasta la cosecha. Por esa razón el rendimiento del arroz bajó de 90 a 70 quintales por hectárea, lo que impide la recuperación de la inversión. Esa es la razón por la que Suárez decidió ir cambiando progresivamente de cultivo.
Cambios en las tierras
Los pequeños agricultores son los más perjudicados por la baja rentabilidad del arroz. Es por eso que cada vez hay más cultivadores que optan por el maíz, mientras que otros decidieron vender sus propiedades e invirtieron en la instalación de camaroneras en otras localidades como Taura, Babahoyo, Ventanas, Palestina y otros sectores de la Costa.
Javier Ronquillo, productor del cantón Santa Lucía (Guayas), es técnico agropecuario y ha estudiado al sector arrocero.
De acuerdo con sus cálculos, en el 2021 se sembraron 400 000 ha de arroz. En este año bajó a 320 000 ha y calcula que el próximo año descenderá a 280 000 ha.
Eso sucede debido a los altos costos de producción, que llegan a los USD 2 500 por hectárea. “Estamos aún en la cosecha de verano y a la par comenzamos las siembras del arroz”, dijo. Uno de los afectados con la baja producción y los altos valores de los insumos es Oswaldo Rugel, del cantón Santa Lucía.
El agricultor afirmó que es crítica la situación que afrontan los pequeños productores de esta localidad debido al incremento en el costo de los insumos agrícolas. Él aseguró que no tienen atención del Gobierno con la urea subsidiada ni acceso a los créditos a 30 años plazo y al 1%.
Los productores consultados por este Diario mencionaron que la urea está en USD 55. “Estamos trabajando a pérdida y en ocasiones nos queda una ganancia de USD 1 000 que, dividido para cuatro meses, sale a USD 250 mensual, ni siquiera un salario”, contó el productor Rugel.
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